Con la llegada de la primavera, las autoridades agrícolas de Chile alertaron este martes de que se viene una temporada de incendios «muy dura» debido a la sequía que afecta a la mayor parte del país, la más severa en seis décadas.
«Vamos a tener altas temperaturas, baja humedad relativa, alta velocidad del viento y, sobre todo, mucho combustible. Vemos un bosque esclerófilo muy estresado hídricamente, hay mucho combustible«, dijo el ministro chileno de Agricultura, Antonio Walker.
«Va a ser una temporada muy dura», agregó el funcionario durante la implantación de un cortafuegos en La Reina, una barrio de la capital cercano a la cordillera de Los Andes.
Entre julio de 2019 y junio de 2020, cerca de 102.000 hectáreas se vieron afectadas por 8.125 incendios, de los cuales más de 3.5000 fueron intencionados y la mayoría se registraron en las regiones sureñas de Biobío y Ñuble y en la central Valparaíso, según datos oficiales.
«La intencionalidad que ha subido mucho especialmente en las regiones de Ñuble, La Araucanía y Biobío, puede ser una temporada muy peligrosa», apuntó Walker.
Chile, que vive su peor sequía en seis décadas, es el país con la mayor crisis hídrica de todo el hemisferio occidental y el 76 % de su territorio está afectado por la falta de agua, según Greenpeace.
La situación es especialmente crítica en la zona central, donde en 2019 cayó la menor cantidad de precipitaciones desde que se tienen registros y miles de habitantes reciben agua diariamente gracias a camiones aljibes.
«El mejor incendio es el que no ocurre. Si alguien ve una fumarola de humo o alguien que quiera ocasionar un incendio intencionalmente, que denuncie», señaló el ministro.
Para esta temporada, el Gobierno desplegará solo en la Región Metropolitana, a la que pertenece Santiago, un gran dispositivo formado por 19 brigadas, 6 helicópteros, un camión aljibe y un camión grúa.
Las organizaciones ecologistas denuncian que el modelo de agua chileno, cuyo origen se remonta a la economía neoliberal instaurada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), ha agravado la sequía que vive el país como consecuencia de la crisis climática.
Chile es uno de los países con el mayor nivel de privatización del mundo y los expertos calculan que el 80 % de los recursos hídricos del país están actualmente en manos privadas.