El gobierno de Marruecos comenzó hoy los trabajos de construcción de una carretera en el polémico paso de Guerguerat, en el extremo sur del Sáhara Occidental, en una zona que hasta hace una semana bloqueaba un grupo de militantes del Frente Polisario que fueron desalojados por el Ejército marroquí.
El informativo de la primera cadena marroquí de televisión mostró hoy unas imágenes donde se ven varias excavadoras allanando el terreno, antes de proceder al asfaltado, según anunció en la cadena un funcionario marroquí llamado Youssef Amrah, responsable del departamento de Equipamiento en la provincia de Auserd, a la que pertenece Guerguerat.
Los cuatro o cinco kilómetros que unen el puesto aduanero marroquí de Guerguerat con la frontera mauritana están atravesados por una pista que atraviesan a diario 200 camiones de transporte internacional TIR y 200 vehículos privados, a los que cuesta cerca de una hora atravesar esta corta distancia.
La mitad de esta pista está asfaltada desde 2017, en el curso de unas obras que fueron interrumpidas también entonces por el Frente Polisario, que contesta la legalidad de ese paso y su carácter comercial, pues según ellos son una frontera sin validez legal y solo la ONU tiene derecho a transitar por ahí.
Fue precisamente la continuidad del tráfico rodado y su ritmo creciente entre Marruecos y el África subsahariana los que llevaron al Polisario a emprender este año un nuevo bloqueo, que fue finalmente roto por las Fuerzas Armadas Marroquíes el pasado viernes, dando lugar a una serie de hostilidades e intercambio de fuego.
El gobierno marroquí aún no ha anunciado oficialmente que piensa culminar esa carretera, sino que iba a proteger la seguridad del tráfico, como tampoco ha aclarado si las Fuerzas Armadas van a permanecer en el lugar, que es una zona desmilitarizada según los términos del alto el fuego firmado por Marruecos y el Polisario en 1991.
El alto el fuego fue dado por roto el pasado sábado por el Polisario, que declaró la guerra a Marruecos, pero el rey Mohamed VI habló el lunes con el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, y le confirmó el compromiso de su país con el alto el fuego, sin pronunciar siquiera la palabra «guerra».
Los medios marroquíes subrayan estos días que su país piensa permanecer de forma definitiva en la zona, pero eso podría plantear reticencias por parte de la ONU, que considera la franja de cinco kilómetros como «zona colchón» entre la parte marroquí y Mauritania.