Lydia Cacho se presentó ante autoridades del Líbano para testificar contra Kamel Nacif Borge, presunto tratante de niñas y que, tras estar prófugo de la justicia desde hace más de una década, estaría detenido en aquel país de Medio Oriente.

Por medio de Twitter, Cacho Ribeiro informó a la opinión pública que se encuentra con elementos de la justicia libanesa para proporcionar su versión de los hechos en relación a los múltiples señalamientos que hizo la periodista desde 2005 con su publicación del libro Los Demonios del Edén.

Testificando ante las autoridades libanesas por el arresto de Kamel Nacif Borge. El empresario tratante de niñas que orquestó mi tortura, compró niñas pequeñas para prostituirlas, lava dinero y evadió al fisco en los Estados Unidos. 15 años después #AquíNadieSeRinde”, escribió en redes sociales junto con una foto del también llamado El Rey de la Mezclilla.

La imagen parece formar parte de un oficio de investigación, pues se encuentra foliado (000008) y firmado con rúbricas a los costados como cuando se asienta un testimonio. Aunado a esto, sobre la imagen específica del empresario se escribe con manuscrito “sí lo reconozco” y una rúbrica más, la cual se podría asumir que le pertenece a Lydia Cacho.

El caso que destapó Lydia en 2005 con una investigación periodística abundante delató una presunta red de corrupción y tráfico de influencias para encubrir un supuesto grupo criminal con fachada empresarial-estatal que se dedicaba a la trata y explotación de niñas y niños con fines sexuales.

De acuerdo con lo establecido en Los Demonios del Edén, los principales actores de esta asociación de prostitución infantil eran Jean Succar Kuri, Kamel Nacif Borge –ambos de origen libanés y Mario Marín Torres, exgobernador de Puebla por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y hoy preso.

Una vez detenida, en diciembre de 2005, Cacho asegura que fue torturada por parte de los elementos de la policía que la transportaron vía terrestre a Puebla.

En su testimonio, la periodista mencionó que cuando llegaron a Puebla, el trámite de su propuesta fue lento y tortuoso. La encerraron en un “calabozo inmundo” y le tomaron fotos desnuda al lado de un cuarto lleno de policías judiciales con una mampara transparente de por medio.