Los primeros 25 millones de vacunas que Estados Unidos compartirá con otros países irán destinados a varias regiones, incluyendo 6 millones de dosis para Centroamérica y Suramérica.
Así lo anunció el presidente estadounidense, Joe Biden, en un comunicado en el que explicó que al menos el 75 % de estas dosis, casi 19 millones, se repartirán a través de la iniciativa Covax, el esfuerzo respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para comprar y distribuir vacunas a países de ingresos bajos y medios.
Asimismo, 7 millones de vacunas se destinarán a Asia, 5 millones a África y más de 6 millones para países socios de la nación estadounidense.
«Mientras esta pandemia se prolongue en cualquier parte del mundo, el pueblo estadounidense seguirá siendo vulnerable; y Estados Unidos está comprometido a brindar la misma urgencia a los esfuerzos internacionales de vacunación que hemos demostrado en casa«, argumentó Biden en la nota.
El mandatario aseguró que EE.UU. no comparte estas dosis «para obtener favores ni concesiones», sino que lo hace para salvar vidas y «liderar el mundo para poner fin a la pandemia».
Esta será la primera vez que EE.UU. comparta con el resto del mundo vacunas aprobadas para uso interno -las de Moderna, Pfizer y Johnson & Johnson-, ya que anteriormente había anunciado el envío entre mayo y junio de 60 millones de dosis de AstraZeneca, que aún no ha recibido el visto bueno de los reguladores estadounidenses
Estos 25 millones de dosis forman parte de los 80 millones de vacunas que EE.UU. pretende compartir con otros países en las próximas semanas.
Existe una gran desigualdad en la distribución de vacunas en el mundo, donde contrasta por ejemplo la abundancia de EE.UU. con la escasez de la India, convertida en epicentro de la pandemia.
En concreto, el 87 % de las inoculaciones han sido administradas en países con ingresos altos y medios, mientras que las naciones empobrecidas han recibido solo el 0,2 %, dicen datos de abril de la Organización Mundial de la Salud (OMS).