El grupo de países menos desarrollados (PMD), formado por 46 economías, tardará como media tres años en recuperar los niveles económicos anteriores a la pandemia de covid-19, después de haber tenido las peores cifras de crecimiento en tres décadas, analiza hoy un informe de Naciones Unidas.
Algunos de esos países (Angola, Haití, Somalia, Zimbabue, Sudán…) podrían incluso tardar más de cinco años en recuperar la renta per cápita que sus poblaciones tenían en 2019, señala el documento elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
La crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19 ha provocado además que algunos países «candidatos» a salir de esta clasificación de las Naciones Unidas vayan a permanecer en ella durante los próximos años, caso de Angola, Bangladesh, Laos o Nepal.
Esta clasificación de economías, creada por la ONU hace ahora cincuenta años, usa criterios como una renta per cápita anual de en torno a mil dólares por persona, y se utiliza para la concesión de ayuda humanitaria, accesos preferenciales al mercado o asistencia técnica.
En medio siglo sólo seis países han salido de la lista PMD: Botsuana fue el primero en conseguirlo, en 1994, y desde entonces, ya en este siglo, lo han hecho Cabo Verde, Maldivas, Samoa, Guinea Ecuatorial y el pasado año el archipiélago de las Vanuatu, en Oceanía.
UNCTAD subraya que más de cuatro quintas partes de estas economías siguen siendo muy dependientes de la exportación de materias primas, aunque ha mejorado levemente su comercio exterior de productos manufacturados (de representar el 20 % del total de sus intercambios en 2011 al 37 % en 2019).
Pese a ello, estas economías, en las que vive más de la octava parte de la población mundial (unos mil millones de personas), representan menos de la centésima parte del comercio global (0,13 % en la pasada década).
En los cincuenta años transcurridos desde el establecimiento de esta clasificación económica, el PIB de estos países se ha multiplicado por cinco, pero la renta per cápita ha aumentado mucho más lentamente, pasando de 600 dólares por persona y año en 1971 a apenas 1.082 en la actualidad, menos del doble.
UNCTAD calcula que estas economías necesitan aumentar su inversión un 9 % anualmente para erradicar la extrema pobreza, o 485.000 dólares por ejercicio, y más del doble para conseguir duplicar el peso de su industria en la economía y dejar de depender de las materias primas para su crecimiento.
«Los países menos desarrollados están en un momento crítico, y necesitan apoyo de la comunidad internacional para mejorar sus capacidades con el fin de afrontar sus problemas estructurales pero también los nuevos desafíos de la COVID y el cambio climático», destacó la secretaria general de UNCTAD, la costarricense Rebeca Grynspan, al presentar el informe.
Respecto a la pandemia, el organismo de Naciones Unidas resaltó el retraso que estos países muestran frente al mundo desarrollado, como prueba el hecho de que sólo un 2 % de su población está vacunada contra la COVID-19, cuando en las economías de ingresos medios y altos se supera como media el 40 %.