Los incendios han arrasado ya alrededor del 9 % del territorio de la provincia argentina de Corrientes, en el noreste del país, una catástrofe ambiental que ha llevado a las autoridades a pedir ayuda internacional para tratar de atajar una situación que ya es «altamente crítica».
Los efectos de la crisis climática y una sequía prolongada se asocian a incendios intencionales para provocar fuegos calificados de “descomunales” y “extraordinarios” que los medios tecnológicos disponibles no alcanzan para controlar.
A pesar de cierto alivio que llegó en el transcurso del fin de semana con lluvias y baja de temperaturas, «la situación sigue siendo extremadamente compleja”, según dijo el secretario de Control y Monitoreo Ambiental, Sergio Federovisky, a Televisión Cooperativa.
El avance del fuego ha quemado 785.238 hectáreas, lo que representa un 8,8 % de la provincia que limita con Paraguay, Brasil y Uruguay, de acuerdo al último informe de evolución de los incendios elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) publicado el 16 de febrero.
Según el informe del Ministerio de Ambiente de este martes permanecían activos diez incendios y otro controlado en Corrientes, donde el Gobierno ha desplegado en la zona cinco aviones hidrantes, un avión observador y tres helicópteros, junto con otros 188 brigadistas y personal de apoyo convocados por el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF).
«Esto no se apaga hasta que no llueva», explicó a Efe director de Operaciones de Bomberos voluntarios de la provincia de Buenos Aires, Ramón Pared. Pared explicó que dado que se «ha secado todo», cuando «empieza a arder no tenés forma de pararlo», a lo que se suman vientos de 50 kilómetros por hora y cambiantes y unos pinos que desprenden una cáscara que se dispersa: «Hagan de cuenta que es una lluvia de fuego».
La ayuda
La provincia ha sido declarada «zona de catástrofe ecológica y ambiental» y ha recibido recursos de la mayoría de las provincias del país, así como del Gobierno nacional y de particulares. También ha solicitado ayuda internacional, de la que ya recibió de Brasil bomberos militares, dos autobombas, un auto tanque y cinco camionetas y prevé la llegada de 70 brigadistas de Bolivia.
En tanto mantiene en proceso solicitudes de apoyo a Francia, Chile, la Unión Europea, Rusia y EE.UU. «Nunca vi un incendio de tamañas proporciones», dijo a Efe Tiago Rodriguez, bombero brasileño de Rio Grande del Sur.
La tragedia estuvo envuelta en una polémica política porque varios dirigentes de la oposición acusaron al Gobierno nacional de inoperancia y de falta de rapidez en su respuesta a la crisis.
“Debimos haber recurrido o solicitado más ayuda antes de que la situación nos desbordase”, reconoció Federovisky a la radio Metro y explicó que el “Estado argentino nunca dimensionó que estos problemas derivados del cambio climático iban a empezar a ocurrir y de forma tan violenta”, por lo tanto no tiene la “fortaleza suficiente” para sofocar situaciones de este calibre.
El funcionario remarcó que incendios de este tipo también sobrepasan a Estados de otros países. El Gobierno nacional resumió que transfirió a la provincia Aportes del Tesoro Nacional por 200 millones de pesos (1,8 millones de dólares) y brindó ayudas de 200 millones de pesos (1,8 millones de dólares) desde el Ministerio de Agricultura, el cual junto al de Producción otorgó 500 millones de pesos (4,6 millones de dólares) para créditos subsidiados y asistencia por 100 millones de pesos (930.000 dólares) desde Desarrollo Social.
El fin de semana, ciudadanos y empresas se movilizaron para realizar donaciones y ofrecer aviones hidrantes a Corrientes, en tanto el ‘influencer’ argentino Santi Maratea lanzó una convocatoria en sus redes sociales que consiguió reunir más de 154 millones de pesos (más de 1,4 millones de dólares) en donaciones.
Los efectos
Los fuegos arrasaron la flora, la fauna -en una provincia que estaba incorporando especies extintas-, enclaves productivos y turísticos de la provincia.
Causa particular preocupación el estado de los Esteros del Iberá, el humedal más grande de Argentina y uno de los más extensos del mundo, que hoy se encuentra “sin agua”, no sólo porque sobrecoge sino porque es proclive a que cualquier incendio se convierta en un desastre.
Según el INTA, los ambientes de humedales fueron afectados en más de 460.000 hectáreas acumuladas, entre los que se encuentran los esteros y otros bañados con 245.110 hectáreas quemadas.
Los incendios quemaron también 31.265 hectáreas de los bosques cultivados y 28.733 hectáreas de los bosques nativos.
Los ambientalistas están advirtiendo sobre el trabajo para recuperar las especies quemadas y la fauna silvestre, para adaptarse al cambio climático y los efectos colaterales del fuego, en tanto la provincia ya ha advertido de pérdidas económicas por unos 40 mil millones de pesos (373 millones de dólares).