Con los centros de atención y campamentos de damnificados operando con recursos limitados, los afectados por las devastadoras inundaciones en Pakistán buscan en los templos un lugar seco para reconfortar el hambre y la desesperanza que ha dejado una de las peores catástrofes naturales de la última década en la nación asiática.

Las últimas inundaciones del distrito de Kot Mithan, en la provincia de Punjab, alcanzaron su punto máximo el 21 de agosto. Esta semana el nivel del agua del río Indo ha comenzado a aumentar nuevamente en el área, alertando a las personas sobre un nuevo desastre.

La localidad, un santuario de más de un siglo de antigüedad del poeta sufí Khwaja Ghulam Farid, en la orilla del río Indo, se ha convertido en un refugio para las víctimas de las inundaciones en un momento en que no reciben suficiente ayuda del Gobierno.

Cientos de damnificados, que esperan la comida en uno de los santuarios sufíes más venerados de Pakistán, observan sentados en el suelo a dos mujeres que se sacuden al ritmo de los tambores moviendo la cabeza sin control.

A menudo la gente lleva a las personas que creen «afectadas» por un «jin» a los santuarios para curarlas.

Con cientos de aldeas completamente arrasadas, y un nivel de agua de más de un metro de altura, las familias adineradas de la región han comenzado a distribuir alimentos a través los santuarios.

Los visitantes provienen en su mayoría de un campamento de refugiados a menos de 400 metros del recinto religioso. La línea de tiendas de campaña se extiende por varios kilómetros desde el distrito de Rajanpur hasta Kot Mithan.

“Venimos aquí todos los días porque Farid nos da la comida”, cuenta Fazal Hussain, un damnificado por las inundaciones cuya casa quedó destruida por completo.

El lugar ya era visitado antes de las inundaciones por cientos de devotos, pero recibe ahora cada vez más personas a la hora del almuerzo o la cena.

“Farid da, y Alá nos está ayudando a que podamos hacerlo”, dijo el custodio.

De acuerdo al balance oficial, casi 1.200 personas, incluidos 399 niños, han muerto desde mediados de junio a causa de las inundaciones. Más de 3.600 personas han resultado heridas, más de un millón de casas han sido parcial o totalmente destruidas, y pueblos enteros han sido arrasados.

El Gobierno de Pakistán ha asegurado que está usando todos los recursos y capacidades posibles, sin embargo admitió que la magnitud de la calamidad ha sobrepasado su capacidad.

En Kot Mithan el nivel del agua del río Indo ha comenzado a subir en el área, alertando a las personas sobre un nuevo desastre, después de que hace menos de dos semanas las inundaciones alcanzaran su punto causando graves daños.