El juicio por los atentados del 22 de marzo de 2016 contra el aeropuerto y el metro de Bruselas, que causaron 32 muertos, comenzó este lunes con una audiencia preliminar en la que se debatieron cuestiones de procedimiento, como las polémicas cajas de cristal cerradas e individuales donde estarán los acusados durante el proceso.
El juicio propiamente dicho, no obstante, se iniciará casi un mes más tarde, el 10 de octubre, con la selección del jurado, y el 13 de octubre tendrán lugar los primeros debates.
Este lunes, alrededor de las 09:30 horas (07:30 GMT), comenzó una audiencia preliminar con la presencia de nueve de los diez acusados y en sesión de mañana y tarde.
Osama Atar, sospechoso de ser el responsable de la célula terrorista que cometió los atentados y en paradero desconocido, se cree que podría haber fallecido en Siria.
Entre el resto de los acusados figuran Salah Abdeslam, único superviviente de los atentados de París del 13 de noviembre de 2015, y Mohamed Abrini y Osama Krayem, que formaban parte de los dos comandos de los atentados de Bruselas, pero que renunciaron en el último minuto a inmolarse.
Al comenzar la vista de hoy, la presidenta del tribunal, Laurence Massart, preguntó a cada uno de los nueve acusados si querían seguir la audiencia desde las cajas de cristal instaladas en la sala.
Seis de ellos optaron por abandonar la audiencia preliminar, incluidos Mohamed Abrini, Osama Krayem, Sofien Ayari, Ali El Haddad Asufi y Smail Farisi.
Salah Abdeslam aseguró en un primer momento que permanecería en la sala, pero después de que los cinco coacusados optaran por dejar la audiencia, dijo que se negaba a comparecer «por solidaridad» con sus compañeros.
Así, solo siguieron la vista preliminar en la sala Bilal El Makhoukhi, Hervé Bayingana Muhirwa e Ibrahim Farisi.
Cuando Abdeslam pidió abandonar la audiencia, también criticó que el proceso judicial comenzase «de manera injusta», en referencia a la instalación de las cajas de cristal cerradas.
En la sala principal se han instalado unas «jaulas» de cristal blindado para los acusados que solo disponen de un dispositivo de aireación y de un pequeño espacio para pasar los documentos, lo que dificulta la comunicación de los letrados con sus clientes.
La presidenta del tribunal anunciará su decisión sobre si las cajas de cristal se abren o no el próximo viernes. La cuestión podría resolverse adaptando las cajas en el inicio del proceso el 13 de octubre.
Al igual que Abdeslam, los abogados de la defensa criticaron las cajas por considerar que violan la presunción de inocencia y suponen un tratamiento inhumano.
«No son ganado, son seres humanos», aseguró Stanislas Eskenazi, abogado de Abrini.
Sébastien Courtoy, abogado de Smail Farisi, advirtió ante la prensa de que si no se eliminan las cajas, los acusados no comparecerán ante el tribunal.
«Los acusados eran nueve al principio, a las 9 de la mañana. Media hora más tarde solo eran tres. La próxima vez no habrá nadie», amenazó.
Virginie Taelman, abogada de Bilal El Makhoukhi, señaló que no se puede «torturar» a alguien ni infligir «un tratamiento inhumano».
La defensora de Abdeslam Delphine Paci advirtió de que si no se desmontan las cajas de cristal, se estará «violando la Convención Europea de Derechos Humanos».
La Fiscalía mencionó la jurisprudencia que defiende la legalidad de las cajas y subrayó que si se eliminan, se necesitará una presencia policial masiva.
Por su parte, Guillaume Lys, abogado de la asociación V-Europe, afirmó ante los medios que las cajas no suponen «en absoluto» un tratamiento degradante o inhumano, pero reconoció que dificultan el ejercicio de la defensa, por lo que apostó por modificarlas.
En el juicio del pederasta belga Marc Dutroux, en 2004, ya se utilizó una caja de cristal en Bélgica, si bien en esa ocasión los acusados compartían la estancia.
En el proceso de los atentados de noviembre de 2015 en París, los acusados comparecieron en un único habitáculo amplio con aperturas.
En cuanto a los testigos, una víctima pidió hoy la comparecencia del exministro belga de Exteriores y actual comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, en el contexto de la liberación en 2012 de Osama Atar de una cárcel iraquí.
Por otro lado, este lunes la mayoría de los acusados pidieron no ser fotografiados ni retratados durante el juicio.
En este proceso judicial, seis de los acusados (Salah Abdeslam, Mohamed Abrini, Sofien Ayari, Osama Krayem, Ali El Haddad Asufi y Osama Atar) ya han sido condenados por los ataques que tuvieron lugar en la capital francesa en noviembre de 2015.
El juicio, que se prolongará entre seis y nueve meses, se celebra en los edificios que hasta 2018 albergaban la sede de la OTAN y cuya puesta a punto costó unos 9,8 millones de euros.
El 22 de marzo de 2016 se produjeron dos primeras explosiones en el aeropuerto de Zaventem, cercano a Bruselas. Allí murieron 16 personas y un centenar resultaron heridas.
En la estación de metro de Maalbeek, a escasos doscientos metros de la sede de la Comisión Europea, una tercera explosión mató a otras 16 personas e hirió a otro centenar.