Una mujer que vestía una gabardina abrió fuego con un arma larga en la megaiglesia del célebre pastor Joel Osteen en Texas antes de ser abatida por dos agentes fuera de servicio, ante lo cual los feligreses salieron corriendo entre los concurridos servicios dominicales, informaron autoridades.
La mujer entró en la iglesia de Houston con un niño de 5 años poco antes de las 2 p.m., y el pequeño fue baleado de gravedad. El jefe de la policía de Houston, Troy Finner, dijo que no estaba claro si el niño había sido alcanzado por una bala disparada por los agentes que respondieron a la agresión. También resultó herido un hombre de 57 años.
El niño se encontraba en estado crítico en un hospital infantil. El hombre estaba estable en otro hospital con una lesión en la cadera.
Finner dijo que, después de que la mujer empezara a disparar, ambos agentes “la confrontaron” y la mataron. Dijo que desgraciadamente “un niño de 5 años resultó herido”, aunque no proporcionó más detalles sobre cómo se desarrolló el enfrentamiento.
Elogió a los agentes por confrontar rápidamente a la mujer, y añadió: “Ella tenía un arma larga, y podría haber sido mucho peor”.
El tiroteo ocurrió entre los servicios religiosos de la megaiglesia, a la que suelen acudir 45 mil personas cada semana, lo que la convierte en la tercera megaiglesia más grande de Estados Unidos, según el Instituto Hartford para la Investigación de la Religión. Los sermones televisados de Osteen llegan a unos 100 países.
Se desconoce dónde estaba Osteen cuando ocurrió la balacera. Pero acompañó a la policía en una conferencia de prensa posterior y dijo que la iglesia está “devastada”. Indicó que el tiroteo podría haber sido mucho peor si hubiera ocurrido durante la ceremonia religiosa de las 11 a.m., a la cual acude mucho más gente. Añadió que rezaría por las víctimas y por la mujer que efectuó el tiroteo y sus familias.
“Vamos a mantenernos fuertes y vamos a continuar, a seguir adelante”, dijo Osteen tras la intervención de las autoridades. “Hay fuerzas del mal, pero las fuerzas que están a nuestro favor —las fuerzas de Dios— son más fuertes que eso. Así que vamos a seguir adelante con firmeza y haciendo sólo lo que Dios nos ha llamado a hacer: levantar a la gente y darle esperanza al mundo.”
Los testigos dijeron a los periodistas que habían oído varios disparos poco antes de que comenzara el servicio religioso en español de las 2 p.m.