Los astrónomos están presenciando un espectáculo nunca antes visto en el cosmos: el despertar de un agujero negro gigante en el centro de una galaxia distante.
A finales de 2019, un equipo de astrónomos identificó una galaxia que, en principio, no tenía nada de especial, llamada SDSS1335+0728, a 300 millones de años luz de distancia, en la constelación de Virgo. El telescopio del Zwicky Transient Facility en el Observatorio Palomar en California había detectado automáticamente un aumento repentino en el brillo de esa galaxia.
Con su visión de campo extremadamente amplio, la cámara escanea todo el cielo del norte cada dos días, y captura datos sobre objetos celestes como asteroides cercanos a la Tierra, así como supernovas brillantes y distantes.
Un equipo interdisciplinario de astrónomos e ingenieros siguió la observación de Zwicky gracias al uso de la información de telescopios espaciales y terrestres para ver cómo cambiaba la luminosidad de la galaxia con el tiempo.
Para su sorpresa, los investigadores se dieron cuenta de que estaban presenciando un momento único: el despertar de un monstruo cósmico. Los resultados de su estudio fueron aceptados para su publicación en la revista Astronomy & Astrophysics.
«Imagínate que observaste una galaxia distante durante años y que siempre parecía tranquila e inactiva», dijo en un comunicado la autora principal del estudio, Paula Sánchez Sáez, astrónoma del Observatorio Europeo Austral en Alemania. «De repente, (su núcleo) comienza a mostrar cambios dramáticos en el brillo, a diferencia de cualquier evento típico que hayamos visto antes».
El equipo clasificó la galaxia como si tuviera un núcleo galáctico activo, o una región compacta y brillante impulsada por un agujero negro gigante.
Varios escenarios celestes pueden hacer que una galaxia brille repentinamente, como explosiones de supernovas o cuando las estrellas se acercan demasiado a los agujeros negros y se desgarran durante un fenómeno llamado eventos de perturbación de mareas.
Pero tales eventos solo duran decenas o cientos de días, y SDSS1335+0728 todavía muestra un aumento de su brillo más de cuatro años después de que los investigadores observaran por primera vez que su luminosidad se incrementaba como si se accionara un interruptor de luz cósmico.
Y las variaciones de brillo en la galaxia no se parecen a nada que los astrónomos hayan visto antes, lo que sólo los desconcertó aún más.