Los glaciares fundidos, erupciones volcánicas y fracturas en la tierra señalan un incremento alarmante de catástrofes naturales. Desde tiempos donde vivíamos en un paraíso absoluto, ahora observamos el crecimiento descontrolado de lo que se conoce como la «Puerta al Infierno». Este enorme cráter, ubicado en la cordillera Chersky en la República administrativa de Sakha, Rusia, lleva el nombre del río Batagayka, un afluente del río Yana que describe la depresión termokarst formada por el deshielo del permafrost, una superficie irregular y pantanosa.
Investigaciones recientes sobre este cráter indican que está abriéndose cada vez más, liberando aproximadamente un millón de metros cúbicos al año. Institutos alemanes y rusos han utilizado un modelo 3D del deshielo histórico del permafrost, junto con sensores remotos de alta resolución, para estimar qué materiales han escapado de esta capa de suelo permanentemente congelado, pero no congelado con hielo o nieve.
Descubierto en la década de 1960, este agujero ha evolucionado hasta convertirse en una fractura de aproximadamente 1 kilómetro de largo y 800 metros de ancho en su punto más ancho. Su expansión se está acelerando, fenómeno atribuido a la deforestación y al cambio climático, que han eliminado el «aislante» natural que protegía el permafrost del sol, transformando este paisaje siberiano en una enorme depresión.
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