El proyecto del Tren Transoceánico en México ha captado la atención nacional e internacional debido a su potencial estratégico para el comercio y la conectividad regional. Impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y con promesas de continuidad por parte de la próxima administración de Claudia Sheinbaum, este ambicioso proyecto ferroviario busca establecer una conexión eficiente entre los océanos Atlántico y Pacífico, ofreciendo una alternativa clave frente a la saturación del Canal de Panamá y fomentando el desarrollo económico a lo largo del Istmo de Tehuantepec.

El proyecto integral del Tren Transoceánico abarca tres líneas principales:

1. Línea Z (Coatzacoalcos – Salina Cruz): Conocida como la línea transoceánica principal, esta conexión ferroviaria de 890 kilómetros atraviesa el Istmo de Tehuantepec, enlazando el Golfo de México con el Océano Pacífico. Esta línea se destaca por su importancia estratégica para el transporte de carga entre ambos océanos, ofreciendo una ruta más directa y eficiente para el comercio mercante.

2. Línea FA (Coatzacoalcos – Palenque): Diseñada para integrarse con el Tren Maya, la línea FA extiende la red del Tren Transoceánico hacia el sureste mexicano. Esto facilita no solo la interconexión con el proyecto turístico y cultural del Tren Maya, sino también la mejora en la infraestructura logística para el transporte de mercancías y pasajeros a través de la región.

3. Línea K (Salina Cruz – Frontera): Esta línea tiene un enfoque estratégico hacia la exportación de mercancías hacia Centroamérica y la costa Este de Estados Unidos. Con 409 kilómetros de extensión, la línea K complementa el sistema ferroviario al proporcionar una conexión directa desde el puerto de Salina Cruz hasta la frontera con Guatemala, facilitando así el intercambio comercial internacional.

Según Raymundo Morales Ángeles, director del Corredor Transoceánico del Istmo de Tehuantepec, se proyecta que el proyecto alcance su punto de equilibrio financiero hacia mediados de 2027. Durante los primeros años de operación, se anticipan déficits financieros, con inversiones públicas necesarias para asegurar la viabilidad y desarrollo inicial del proyecto. Sin embargo, se estima que hacia finales de 2027, el Tren Transoceánico genere ganancias considerables, superiores a los mil 800 millones de pesos anuales.

El proyecto del Tren Transoceánico no solo contempla la construcción y rehabilitación de vías ferroviarias, sino también la integración de infraestructura portuaria y logística en puntos estratégicos como Coatzacoalcos, Salina Cruz, Puerto Chiapas y Dos Bocas. Estos puertos juegan un papel fundamental en la operación del corredor, facilitando la movilización de contenedores y fortaleciendo la capacidad de comercio internacional de México.

Además, se han identificado doce polos de desarrollo a lo largo del corredor, destinados a impulsar proyectos comunitarios y económicos que beneficien a las poblaciones locales. La colaboración con las comunidades para la liberación de los derechos de vía ha sido crucial, permitiendo avanzar en la implementación del proyecto y asegurando la inclusión de las comunidades en el proceso de desarrollo regional.

Con el inicio de operaciones de trenes de pasajeros desde diciembre pasado y la promesa de incrementar las capacidades de transporte y logística, el Tren Transoceánico se posiciona como un pilar central en la estrategia de desarrollo económico de México. La capacidad proyectada para mover hasta mil 400 contenedores demuestra el potencial del corredor para fortalecer la competitividad del país en el ámbito global.