A las 9.53 hora local (12.53 GMT) empezó a sonar este jueves la sirena que recuerda el momento exacto del ataque terrorista contra la Asociación Mutual Judía Argentina (AMIA) en Buenos Aires, en medio de una fuerte emoción y reclamos de justicia por parte de los afectados.
El acto central por los 30 años del atentado a la mutual judía, que contó con la presencia del presidente de Argentina, Javier Milei, y su gabinete de ministros, y en el que se recordaron los nombres de las víctimas, como cada año por esta fecha, convocó a la sociedad bajo el lema: «El terrorismo sigue, la impunidad también».
Las fotografías de los caídos durante el atentado portadas por sus allegados protagonizaron una ceremonia en la que, además, pudo verse un video musical con familiares clamando «¡Justicia, justicia!». Después, llegó el sobrecogedor silencio únicamente roto por las sirenas que marcaron la hora del ataque.
El 18 de julio de 1994, una fuerte explosión sacudió el barrio de Once, en Buenos Aires, dejando 85 muertos y más de 300 heridos, además de un rastro de devastación en el que es, hasta hoy, el peor atentado terrorista en la historia de Argentina y de América Latina.
A la misma hora en que el edificio voló en pedazos, la ciudad de Buenos Aires recordó este jueves esa jornada trágica haciendo sonar las sirenas de los móviles, destacamentos, ambulancias y tránsito.
La impunidad por el ataque terrorista a la AMIA también cumple este jueves 30 años.
La Justicia argentina responsabiliza al Gobierno iraní de aquella época y al grupo libanés Hizbulá, pero la causa sigue estancada porque si bien los acusados fueron citados a indagatoria hace más de 15 años, con alertas rojas de Interpol de por medio, no fueron llevados al banquillo.
Argentina había vivido dos años antes, el 17 de marzo de 1992, un atentado contra la Embajada de Israel en Buenos Aires, que causó 22 muertos y 242 heridos.