Joaquín Capilla Pérez nació el 23 de diciembre de 1928 en Ciudad de México, México. Desde muy joven mostró interés por los deportes acuáticos y rápidamente destacó en la disciplina de los clavados, su talento y dedicación lo llevaron a entrenar intensamente y a competir en eventos nacionales e internacionales, convirtiéndose en una de las grandes figuras del deporte mexicano.
Juegos Olímpicos y Desempeño
Londres 1948 En los Juegos Olímpicos de Londres 1948, Joaquín Capilla ganó su primera medalla olímpica, una de bronce en la plataforma de 10 metros, a los 19 años, demostró ser una de las promesas del clavado mundial y comenzó su camino hacia la grandeza.
Helsinki 1952 En los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, Capilla subió un escalón más al ganar la medalla de plata en la plataforma de 10 metros, su desempeño fue destacado y mostró su evolución y madurez como clavadista.
Melbourne 1956 Los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956 fueron el punto culminante de la carrera de Joaquín Capilla, pues ganó la medalla de oro en la plataforma de 10 metros y una medalla de bronce en el trampolín de 3 metros, estas victorias lo consagraron como uno de los mejores clavadistas del mundo y un ícono del deporte mexicano.
Roma 1960 En los Juegos Olímpicos de Roma 1960, Capilla compitió por última vez en una Olimpiada, finalizando su carrera olímpica con un total de cuatro medallas: una de oro, una de plata y dos de bronce.
Joaquín Capilla es considerado el clavadista más exitoso en la historia de México y uno de los más grandes a nivel mundial, su legado en el deporte de los clavados es inmenso, y su éxito inspiró a futuras generaciones de clavadistas mexicanos, su perseverancia y dedicación fueron un ejemplo para muchos jóvenes atletas.
Después de retirarse de la competencia, Capilla fue honrado en numerosas ocasiones por sus logros deportivos. Recibió reconocimientos de diversas instituciones deportivas y fue un embajador del deporte mexicano en el mundo, aunque enfrentó desafíos personales después de su retiro, su legado deportivo siempre permaneció intacto.
Joaquín Capilla también se dedicó a entrenar y apoyar a nuevos talentos en los clavados, compartiendo su experiencia y conocimientos con las nuevas generaciones, su influencia en el deporte mexicano sigue siendo fuerte, y su historia continúa siendo una fuente de inspiración.