La Paz, 13 ago (EFE).- La crisis económica en Bolivia no solo se siente en la escasa liquidez de dólares y en la falta de combustible, sino también en algunos sectores vulnerables como los enfermos crónicos, cuyos medicamentos subieron de precio en las últimas semanas, hecho que los tiene preocupados porque “luchan contra el tiempo”.
Esta situación se refleja en la unidad de Oncología del Hospital de Clínicas de La Paz, ciudad sede de Gobierno, donde los pacientes hacen diferentes trámites para ser atendidos, someterse a tratamientos o recoger medicinas.
“He estado con quimioterapia un mes, al principio no tenía problemas porque el suero y las vitaminas nos (las) daba el seguro, pero al final me (las) tuve que comprar y ha subido el costo de todo”, contó a EFE una paciente que esperaba ser atendida y prefirió no identificarse.
El Seguro Universal de Salud (SUS) es un sistema que lanzó el Gobierno de Evo Morales (2006-2019) en 2019 para todas aquellas personas que no tengan un seguro de salud. Este mecanismo de atención gratuita incluye también la entrega de medicinas a las personas con enfermedades crónicas como cáncer, dolencias renales, diabetes, entre otras.
La paciente dijo que cada envase de suero costaba hace algunas semanas 6 bolivianos (0,87 dólares), pero ahora en las farmacias los venden a 9 bolivianos (1,30 dólares).
Lo mismo ocurre con la vitamina K que necesitan para la quimioterapia. “Hace un mes estaba a 8 bolivianos (1,16 dólares) cada cápsula, ahora ha subido a 12”, dijo la mujer entrevistada por EFE.
La secretaria de fiscalización de la Asociación de Personas con Cáncer y Familiares de Bolivia, Susana Zuazo, confirmó que actualmente el SUS no cubre la entrega de varios medicamentos y que los pacientes tienen que comprárselos por su cuenta en las farmacias, lo que representa un alto costo para su situación económica.
«Estamos pasando por un momento difícil porque hay varios medicamentos que cubre el SUS, pero que se han acabado», afirmó a EFE Zuazo.
También, explicó que uno de ellos es el cisplatino, para el tratamiento de mujeres con cáncer uterino y que deben someterse al mismo tiempo a quimioterapia y a radioterapia.
«Ese medicamento es fundamental (…) Si bien lo compran, están subiendo de precio. Hasta hace algunos meses estaba a 600 bolivianos (87 dólares) y era uno de los medicamentos más accesibles», señaló Zuazo.
El otro fármaco que ya no se consigue con facilidad es el tamoxifeno, que se usa para tratar el cáncer de seno, pero en la etapa final del tratamiento radiológico.
Zuazo explicó que lo mismo ocurre con medicamentos de soporte como los sueros y vitaminas, y hasta con los insumos como recolectores de orina o bolsas esterilizadas.
Al margen del incremento del precio de los fármacos, los laboratorios no están ingresando a las licitaciones del SUS «por la actual situación económica del país».
«No podemos importar porque con el incremento del dólar se hace muy costoso traer algunos medicamentos, especialmente para enfermedades crónicas», reconoció a EFE la empleada de un laboratorio privado cuyas oficinas están en La Paz, quien prefirió no dar su nombre.
La Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol) señaló, citada por la agencia de noticias estatal ABI, que este sector produce el 45% de los medicamentos y que el 55% son importados.
Demora en la programación de radioterapias
Los pacientes con cáncer también deben soportar la tardanza en la programación de radioterapia, pues hay quienes llegan a La Paz desde Cochabamba, Oruro, Tarija y Pando con más frecuencia, aunque también registran enfermos de Beni y de Chuquisaca, provincia que alberga la capital del país andino.
«Nos preocupa la tardanza (…). Pedimos que se haga un control porque si bien tenemos acceso gratuito a radioterapia y quimioterapia, si hay tardanza de nada sirve acceder a los tratamientos porque la gente morirá», manifestó.
En septiembre de 2019, el entonces presidente Morales promulgó la Ley del Cáncer con el objetivo de garantizar atención gratuita a los pacientes con esta enfermedad.
Según una base de datos de la asociación de pacientes y familiares, cada semana se reportan entre cuatro y cinco muertes de personas con cáncer. «Están condenando a los pacientes a que hagan terapia paliativa, que pierdan el tiempo y al final pierdan la vida», lamentó Zuazo.
Entre los años 2019 y 2023, Bolivia registró 31.398 casos nuevos de cáncer.