La situación de violencia e inseguridad que se vive en el estado de Chiapas, sureste de México, es muy similar a la que vivieron en días previos a la masacre de Acteal, perpetrada el 22 de diciembre 1997, donde murieron 45 personas y resultaron 22 heridos graves, advirtieron este lunes mujeres indígenas tzotzil de la Organización de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal
«La violencia es más frecuente, escuchamos balaceras y nos regresa ese miedo, ese dolor, ese recuerdo, nos revive lo que vivimos en 1997, ha sido muy difícil, porque podríamos decir que estamos reviviendo lo que ya vivimos en 1997», dijo a EFE Guadalupe Vázquez Luna, sobreviviente de la masacre de Acteal.
En conferencia de prensa celebrada en la localidad de Acteal, Chenalhó, las mujeres y hombres, quienes cargaban cruces de sus muertos, aquel 22 de diciembre, expresaron su malestar e indignación ante la omisión y la postura que ha tomado el presidente de México Andrés Manuel López Obrador en minimizar la violencia que se vive en Chiapas.
«Hemos pedido (al Gobierno federal) que nuestros hijos no vivan lo que nosotros vivimos, nuestros hijos están viviendo esa realidad tan cruel y todo esto que estamos viviendo es porque el Gobierno mexicano lo ha permitido ¿cómo? Con su impunidad”, agregó la mujer tzotzil.
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Su apunte se dio durante una reflexión sobre ‘Los 15 años de la liberación de los paramilitares y sus consecuencias’, donde reconocieron que la violencia es muy frecuente en la región y por ello «es difícil curar las heridas psicológicas del pasado».
También lamentaron que en todo el país y en el estado de Chiapas los perseguidos y castigados continúen siendo los que luchan por la libertad, la verdad y la justicia y se perdona a los que delincuentes que matan a personas, simulando que no pasa nada.
«Por eso se siguen cometiendo muchos delitos, crímenes, asesinatos, desplazamientos forzados, porque el Gobierno lo ha permitido y sigue permitiendo, es cada vez peor», dijo Vázquez Luna.
Por su parte, Sebastián Pérez Vázquez, integrante de la mesa directiva de Las Abejas de Acteal, comentó que no ha sido fácil vivir con la preocupación de ser nuevamente atacados y ver a sus agresores libres.
“Sí, en realidad los que están excarcelados, pues ya están viviendo aquí, circunvecinos y están tranquilos, gozando su premio, fueron recibidos con cinco hectáreas de terreno, reconstruyeron su casa y fueron pensionados”, exclamó el hombre.
Los indígenas señalaron que el gobierno de López Obrador quedará en la historia, en Chiapas, como un político que no tuvo la voluntad política para crear garantías de no repetición de un crimen como el de Acteal.
«Y que permitió a los grupos del crimen organizado mantener aterrorizada a la población, propiciando así el olvido de la masacre de Acteal” dijo María Gómez, vocera de la organización.
En las últimas semanas los activistas se han mostrado preocupados por el aumento de violencia y el desplazamiento de pobladores que se ha registrado en la región, por lo menos en tres comunidades: La Esperanza, San José del Carmen y San Clemente.
Según ONG y activistas, la situación cada día se agrava en las zonas indígenas de los Altos de Chiapas, donde se estima que en menos de un mes se registraron por lo menos 2.000 indígenas tzotziles víctimas de desplazamiento forzado huyendo del fuego cruzado entre los grupos criminales que se disputan el territorio de Pantelhó afectando al vecino municipio de Chenalhó.