Alain Delon, ícono del cine francés, ha fallecido a los 88 años, dejando tras de sí un legado imborrable en la historia del séptimo arte. Conocido por su belleza enigmática y su magnetismo en la pantalla, Delon protagonizó clásicos inmortales como El Samurái (1967) y Rocco y sus Hermanos (1960). Su talento le valió numerosos galardones, incluyendo un César Honorífico y una Palma de Oro por su carrera.

Nacido en 1935 en Sceaux, Francia, Delon rápidamente ascendió en la industria cinematográfica, convirtiéndose en un símbolo del cine europeo en los años 60. Su carrera estuvo marcada por colaboraciones con directores legendarios como Luchino Visconti y Jean-Pierre Melville, quienes encontraron en él un actor capaz de encarnar la intensidad y el misterio.

Delon no solo dejó una marca en el cine, sino también en la cultura popular, siendo uno de los primeros actores en personificar el arquetipo del«anti-héroe«. Su influencia se extendió más allá de las fronteras de Francia, alcanzando un estatus casi mítico en todo el mundo.

A pesar de su éxito, la vida personal de Delon estuvo plagada de controversias y tragedias, lo que solo aumentó el interés público por su figura. En sus últimos años, luchó contra problemas de salud, incluyendo un derrame cerebral en 2019 y un diagnóstico de linfoma en 2022.

La partida de Alain Delon marca el fin de una era en el cine, pero su legado perdurará a través de las películas que protagonizó y la influencia que dejó en generaciones de actores y cineastas. La noticia de su fallecimiento ha generado una ola de homenajes, incluyendo palabras del presidente Emmanuel Macron, quien lo describió como «más que una estrella: un monumento francés».

Con su carisma y talento «El hombre más bello de la gran pantalla», dejó una huella importante en el cine y en la cultura de Francia, consolidándose como una figura icónica cuya influencia perdurará por generaciones.