Kamala Harris, actual vicepresidenta de Estados Unidos, aceptó oficialmente la nominación como candidata presidencial del Partido Demócrata con una promesa contundente de defender los principios constitucionales y democráticos del país. Su discurso, pronunciado el 22 de agosto en la Convención Nacional Demócrata celebrada en el United Center de Chicago, marcó el inicio oficial de su campaña para derrotar al expresidente republicano Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre.

Arropada por Tim Walz, su compañero de fórmula y candidato a la vicepresidencia, y respaldada por miles de demócratas reunidos en el estadio, Harris presentó su visión para el futuro de Estados Unidos. «En esta elección, nuestra nación tiene una oportunidad preciosa y fugaz de superar la amargura, el cinismo y las batallas divisorias del pasado», declaró Harris. «Una oportunidad de trazar un nuevo camino hacia adelante, no como miembros de un partido o facción, sino como estadounidenses».

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Consciente del papel que desempeña en la esperanza de muchos ciudadanos de las minorías étnicas que temen la retórica segregacionista de Trump, Harris aseguró: «Prometo ser una presidenta para todos». En su discurso, subrayó la importancia de evitar un segundo mandato para Trump, citando las consecuencias potencialmente graves de su reelección, especialmente después de que la Suprema Corte de Justicia dictó que Trump podría ser inmune al procesamiento penal.

La candidata demócrata, con una trayectoria como fiscal en San Francisco y Procuradora General de Justicia de California, hizo hincapié en su experiencia para enfrentar a Trump, quien ha sido declarado culpable de delitos en un juicio civil en Nueva York. «Veo un Estados Unidos en el que nos aferramos a la creencia que construyó nuestra nación, que inspiró al mundo; aquí todo es posible, nada está fuera de nuestro alcance», afirmó.

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Harris también abordó el tema migratorio, criticando la propuesta de Trump de fortalecer la seguridad fronteriza mediante redadas masivas. «Me comprometo a revivir el proyecto bipartidista sobre seguridad fronteriza que Trump asesinó y con mi firma lo promulgaré en ley», prometió.

La vicepresidenta resaltó sus propias experiencias como hija de inmigrantes y la lucha económica de la clase media, comprometiéndose a luchar por una reducción de impuestos para los ciudadanos de clase trabajadora y por una educación pública de calidad.

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Durante la Convención, los delegados y asistentes mostraron un entusiasmo palpable, bailando al ritmo de música popular y coreando el nombre de Harris y Walz. La última jornada del evento fue una de las más vistas en la historia política reciente de Estados Unidos, marcando un inicio vibrante para la campaña presidencial.

El reverendo Al Sharpton, un destacado defensor de los derechos humanos, elogió a Harris por su capacidad de enfrentar el racismo y el odio, contrastándola con Trump, a quien describió como un «delincuente convicto» que solo busca enriquecerse.

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La Convención también destacó la diversidad de los oradores y la amplia representación de las minorías étnicas y de género. En las calles cercanas al United Center, los vendedores ofrecían productos con la imagen de Harris y Walz, simbolizando la esperanza que ambos representan para sus seguidores.

Con la campaña presidencial oficialmente en marcha, el próximo gran evento será el debate entre Harris y Trump programado para el 10 de septiembre, seguido por el debate entre Walz y el candidato republicano a la vicepresidencia, JD Vance, el 1 de octubre. Con un enfoque renovado y un apoyo entusiasta, Harris está lista para enfrentar el desafío electoral y luchar por la Casa Blanca.

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