La extrema derecha alemana ha celebrado un hito político significativo tras las recientes elecciones regionales en el este del país. Alternativa por Alemania (AfD) ha obtenido el primer lugar en las elecciones de Turingia y el segundo en Sajonia, según los resultados de los sondeos a pie de urna.
En Turingia, AfD ha alcanzado un notable 30,5% de los votos, superando a la Unión Cristianodemócrata (CDU), que ha quedado en segundo lugar con el 24,6%. La Liga Sahra Wagenknecht (BSW) ha obtenido el 16%, mientras que La Izquierda y el Partido Socialdemócrata (SPD) han registrado un empate con el 12% cada uno. Este resultado marca la primera vez que un partido de ultraderecha gana una elección en Alemania desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Curiosamente, este triunfo ocurre en la misma región donde los nazis participaron por primera vez en un gobierno regional en 1930.
Björn Höcke, líder de AfD en Turingia, ha reclamado el derecho de formar gobierno, destacando el «resultado histórico» alcanzado por su partido. En una entrevista con la Primera Cadena de la Televisión Alemana (ARD), Höcke afirmó: «Hemos demostrado ser la primera fuerza parlamentaria. Los partidos tradicionales deben aceptar el resultado y entender que la gente quiere cambios que solo AfD puede ofrecer». También criticó el «cordón sanitario» que impide a su partido formar gobierno, desafiando la percepción de AfD como un partido de ultraderecha.
Alice Weidel, colíder nacional de AfD, ha calificado los resultados de las elecciones como un «éxito histórico» y un «castigo» para la coalición federal gobernante, sugiriendo que se podrían convocar elecciones anticipadas a nivel nacional.
En Sajonia, la CDU ha mantenido el liderazgo con un 31,5% de los votos, lo que garantiza que el presidente del estado, Michael Kretschmer, continúe en el cargo. AfD ha quedado en segundo lugar con un 30%, repitiendo la posición obtenida en las elecciones de 2019, cuando también quedó por detrás de la CDU. Kretschmer atribuyó el resultado a la confianza de los votantes en su partido, destacando la necesidad de defender la democracia y el estado de derecho frente a los problemas del gobierno federal en Berlín.
La jornada electoral ha evidenciado un fuerte ascenso de la ultraderecha en Alemania, generando un cambio significativo en el panorama político de la región.