El expresidente brasileño Jair Bolsonaro volvió este sábado a cargar contra el Poder Judicial y tachó de «dictador» al magistrado de la Corte Suprema que lo investiga a él y al magnate Elon Musk en un proceso por la difusión masiva de noticias falsas.
«Espero que el Senado ponga freno a Alexandre de Moraes, ese dictador que hace más daño a Brasil que el propio (presidente) Luiz Inácio Lula da Silva», demandó el líder ultraderechista durante una manifestación convocada en São Paulo en defensa de «la libertad» y «la democracia», con motivo del Día de la Independencia.
De Moraes es uno de los once jueces del Supremo y está encargado de diversas causas contra Bolsonaro, entre ellas una por supuestamente orquestar un golpe de Estado contra Lula.
El magistrado también instruye otro caso relacionado con la diseminación de ‘fake news’ en redes sociales, dentro del cual ordenó la suspensión de X después de que Elon Musk, dueño de esa red social, se negara a eliminar una serie de perfiles sospechosos.
Ante miles de sus simpatizantes, Bolsonaro llamó a frenar, «a través de los mecanismos» legislativos disponibles, a todos aquellos que «se salgan de los límites que marca la Constitución».
En este contexto, confió en que una eventual victoria del expresidente y líder republicano Donald Trump en las elecciones del próximo noviembre en Estados Unidos sirva para «mandar un recado a todos los dictadores del mundo y en especial a Brasil».
Bolsonaro volvió también a sembrar sospechas infundadas sobre su derrota en las presidenciales de 2022, en las que Lula salió victorioso por un estrecho margen y que, en su opinión, fueron conducidas «de forma parcial» por el Tribunal Superior Electoral, institución que organiza los comicios en el país.
«Quieren censurar la verdad», exclamó durante su discurso en la céntrica Avenida Paulista de São Paulo.
Aseguró que salió del poder y que después, el 30 de junio de 2023, le inhabilitaron políticamente por ocho años, porque, a su juicio, «incomodaba al sistema».
El líder ultraderechista pidió además una amnistía para los presos que, el 8 de enero de 2023, asaltaron las sedes de los tres poderes, en Brasilia, para incitar una intervención militar contra Lula.
«Aquello jamás fue un golpe de Estado (…) Tenemos que beneficiar a los condenados del 8 de enero con una amnistía», exigió.
Diversos especialistas jurídicos han alertado de que Bolsonaro corre el riesgo de ser detenido, si incita públicamente a la práctica de algún crimen, «con declaraciones golpistas o que atenten contra las instituciones democráticas».
Ello supondría «un nueva práctica del crimen dentro de un contexto en el que ya es investigado por esos delitos», según fuentes consultadas por EFE.