David Lochridge, exdirector de operaciones de OceanGate, declaró en la audiencia sobre el hundimiento del submarino Titán que la tragedia era «inevitable». Lochridge, quien trabajó en la empresa a mediados de los 2010, mencionó que tenía constantes discusiones con los directivos porque priorizaban las ganancias sobre la seguridad. Según él, el sumergible era inseguro, y sentía que la empresa lo utilizaba para dar credibilidad al proyecto, algo que no le parecía correcto.
El Titán implosionó en junio de 2023, a una profundidad de casi 4 kilómetros bajo el Atlántico Norte, mientras descendía hacia los restos del Titanic.
En la audiencia, que busca investigar las causas de la implosión que mató a cinco personas, también se presentó evidencia de que la empresa ignoraba advertencias previas sobre posibles fallos. Otros empleados también expresaron preocupaciones sobre la construcción del Titán, pero las mismas fueron desestimadas.