Dos de las seis víctimas mortales fallecieron sepultadas por un corrimiento de tierra junto a un túnel que estaba siendo reparado en la localidad de Wajima, una de las más afectadas por el fuerte terremoto de 7,6 grados Richter que afectó a la zona en el día de Año Nuevo.
A su vez, se sabe también que dos de los desaparecidos en la región fueron arrastrados por un río desbordado, según autoridades locales citadas este domingo por la agencia Kyodo.
El desbordamiento de caudales ha dejado aisladas a su vez a un centenar de comunidades en la península de Noto debido a carreteras inundadas.
Entre el sábado y el domingo, Wajima recibió unos 500 milímetros acumulados de precipitaciones, mientras que Suzu, otra de las localidades más afectadas, registró 400 milímetros, el doble de la lluvia que suelen recibir de media en todo el mes de septiembre, según datos de la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
La JMA ha rebajado ya al mínimo su nivel de alerta en la península de Noto, pero ha instado al público a estar atento a la posibilidad de corrimientos de tierra, puesto que el suelo aún permanece ablandado en muchos puntos por efecto del seísmo de enero.
A su vez, la JMA elevó la alerta en el resto de la prefectura de Ishikawa y en la vecina prefectura de Niigata ante la posibilidad de que se registren fuertes lluvias de aquí al mediodía del luneS.