Un equipo de alpinistas de National Geographic descubrió una bota en el glaciar Rongbuk del Everest, que podría haber pertenecido a Andrew Comyn «Sandy» Irvine, un joven montañista británico desaparecido en 1924. Este hallazgo, ocurrido mientras filmaban un documental, representa una esperanza renovada para la familia de Irvine, que había perdido la expectativa de encontrarlo.
Irvine, de 22 años, y su compañero George Mallory intentaron alcanzar la cumbre del Everest el 8 de junio de 1924. Se cree que ambos podrían haber sido los primeros en lograrlo, casi tres décadas antes que Hillary y Tenzing. La bota encontrada, con las iniciales «A.C. Irvine» bordadas en la media, es un indicio significativo que podría ayudar a resolver el misterio de su destino.
Jimmy Chin, el aventurero que dirigió el equipo, describió el hallazgo como «monumental y emotivo». La sobrina nieta de Irvine, Julie Summers, expresó su sorpresa y alegría, ya que había perdido la esperanza de encontrar algún rastro de su tío. La familia ha proporcionado muestras de ADN para confirmar la identidad de la bota.
Durante la búsqueda, el equipo también encontró una botella de oxígeno de 1933, lo que sugiere que el cuerpo de Irvine podría estar cerca. Aunque la bota ha sido retirada por razones de seguridad y entregada a las autoridades chinas, su descubrimiento ha reavivado el interés en la búsqueda de la cámara que Irvine llevaba, que podría contener fotos históricas.
A medida que se cumple el centenario de su desaparición, la familia de Irvine mantiene viva la memoria de su aventura, destacando la valentía y el espíritu del joven montañista. La búsqueda continúa, y el descubrimiento de la bota es un paso hacia la resolución de uno de los grandes misterios del montañismo.