El papa Francisco, de 88 años, sufrió una crisis aislada de broncoespasmo el 27 de febrero, lo que provocó un repentino empeoramiento en su cuadro respiratorio. El Santo Padre, quien fue hospitalizado el 14 de febrero debido a una bronquitis y neumonía bilateral, presentó este episodio tras realizar fisioterapia respiratoria y orar en la capilla, según informó la Santa Sede.

El broncoespasmo, que se refiere al estrechamiento repentino de los conductos bronquiales, causó un episodio de vómito con inhalación. Los médicos de la Santa Sede indican que se requiere un período de 24 a 48 horas para evaluar cómo afectará esta crisis al estado de salud del Papa.

Estado de salud actual

A pesar de la crisis, el papa Francisco ha respondido positivamente a la terapia aplicada. Tras el episodio, sus bronquios fueron aspirados y comenzó a recibir ventilación mecánica no invasiva. Esto ha mejorado la capacidad de los pulmones para realizar los intercambios gaseosos de oxígeno. Los médicos continúan monitorizando su evolución, aunque su pronóstico sigue siendo reservado.

¿Cómo se encuentra el Papa?

El pontífice se mantiene lúcido, orientado y colaborando con los tratamientos médicos. Durante su hospitalización, ha seguido en contacto con sus médicos; y ha recibido la Eucaristía en su decimoquinto día de internación. A pesar de los avances, su estado sigue siendo vigilado de cerca por los médicos del Vaticano.