El grupo criminal venezolano Tren de Aragua ha ampliado su presencia en México desde 2021, operando actualmente en 11 estados del país, de acuerdo con fuentes del gabinete de seguridad. Identificado por Estados Unidos como una organización narcoterrorista, sus actividades ilícitas incluyen tráfico de migrantes, trata de personas, extorsión, narcomenudeo y secuestro.

Los operativos de esta banda se han detectado principalmente en Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Hidalgo, Puebla, Estado de México, Guanajuato, Ciudad de México, Tamaulipas y Chihuahua, donde actúa en coordinación con células criminales locales y, en ocasiones, con el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, en acuerdos tácticos sin integración estructural.

Modifican sus códigos para evitar ser detectados

Autoridades han reportado que los integrantes del Tren de Aragua han cambiado sus métodos de identificación para evadir a las fuerzas de seguridad. Dejaron atrás los tatuajes distintivos —como trenes, coronas o armas— y ahora usan nuevos códigos de reconocimiento entre ellos, con el fin de infiltrarse más fácilmente.

Aunque aún no poseen el poder armamentista de los cárteles mexicanos, su participación en actividades como el tráfico de personas y la explotación sexual representa una amenaza creciente, especialmente en zonas fronterizas y urbanas.

Células activas en la CDMX

En la Ciudad de México, operan en alcaldías como Cuauhtémoc, Tlalpan y Gustavo A. Madero, donde se les vincula con el comercio sexual y el narcomenudeo, en colaboración con La Unión Tepito y La Anti-Unión. En el sur y sureste del país, participan en secuestros, extorsión y tráfico de migrantes junto a grupos locales.

En diciembre de 2024, fueron detenidos en la capital cinco venezolanos vinculados al grupo, incluido Euclides Manuel Arias Suárez, alias “Morgan” o “Kilin Morran”, acusado de feminicidio y señalado como líder de una célula de alto perfil.

Modus operandi y reclutamiento de mujeres

Según autoridades federales, el grupo recluta a mujeres mediante engaños laborales, a quienes financia cirugías estéticas para después explotarlas sexualmente. Una vez en territorio mexicano, las mujeres deben pagar comisiones y deudas impuestas por la organización para poder «trabajar».

En la frontera norte, su rol se ha enfocado en controlar el flujo de migrantes venezolanos, cobrando cuotas y colaborando con cárteles mexicanos para operar puntos de cruce.

Colaboración táctica con cárteles mexicanos

De acuerdo con el consultor en seguridad Marco Antonio Vargas González, el Tren de Aragua mantiene una relación táctica y no jerárquica con los cárteles mexicanos. “Los utilizan como mano de obra criminal y red de control migratorio, mientras que el grupo venezolano se beneficia del poder local de los cárteles”, explicó.

Advirtió que existe el riesgo de una evolución hacia una mayor integración, lo que podría consolidar una franquicia criminal transnacional con presencia más estable en México.

Designación como grupo terrorista y presión internacional

La designación del Tren de Aragua como organización terrorista por parte de EE. UU. permite arrestos, deportaciones aceleradas y operaciones especiales, lo que incrementa la presión sobre México para actuar.

La estrategia estadounidense se prevé más enfocada en acciones selectivas contra redes logísticas y embarcaciones, así como en medidas diplomáticas contra el régimen de Nicolás Maduro, acusado de permitir la expansión del grupo.