Cuando su padre le entregó por primera vez un balón de fútbol americano, Diana Flores no imaginó que aquel gesto marcaría el rumbo de su vida. Con tan solo ocho años, la actual mariscal de campo de la selección mexicana de flag football dio sus primeros pasos en un deporte que, en ese entonces, apenas contaba con espacios para mujeres.
“Empecé jugando con niñas de 16 o 17 años porque no había categorías menores. Incluso llegué a participar en ligas de puros niños, siendo la única mujer”, recordó la deportista de 27 años en entrevista con Olympics.com.
A base de disciplina y talento, Flores se consolidó rápidamente en la escena nacional. A los 16 años fue convocada por primera vez a la selección mexicana, aunque su liderazgo como mariscal de campo llegó nueve años después. Desde entonces, México ha brillado en los Juegos Mundiales, sumando dos medallas de oro consecutivas bajo su dirección.
“Han sido casi 20 años jugando flag football y más de una década representando a mi país”, expresó. “Ver cómo ha crecido este deporte en todo el mundo me llena de orgullo y me motiva a seguir trabajando para que impacte más vidas”.
Flores no solo es una de las atletas más destacadas del flag football, sino también una de sus principales promotoras a nivel internacional. Como Embajadora de la Bandera de la NFL y presidenta de la Comisión de Atletas de la Federación Internacional de Fútbol Americano (IFAF), busca inspirar a nuevas generaciones.
“El deporte me ha formado como atleta, como mujer y como profesional”, afirmó. “Me ha enseñado a conectar con las personas, a trabajar en equipo y a entender que todo lo que hacemos tiene un impacto en los demás. Mi propósito es dejar un legado que trascienda las canchas”.
La carrera de Flores dio un salto global cuando protagonizó el anuncio Run With It durante el Super Bowl LVII, transmitido justo después del espectáculo de Rihanna. En el comercial, la mexicana aparece esquivando rivales y defendiendo sus banderas, acompañada de figuras como Billie Jean King, Jim Kelly, MrBeast y su propia madre.
Aquel momento no solo la colocó como embajadora del flag football, sino que también simbolizó el poder de las mujeres en un deporte históricamente dominado por hombres.
“Las mujeres siempre hemos estado aquí, solo que antes no se nos veía”, destacó Flores. “Estoy agradecida con las generaciones que abrieron camino. Hoy tenemos nuevas herramientas y más voz para seguir luchando por nuestros sueños”.
Para la jugadora, el flag football representa mucho más que una competencia: es una plataforma de igualdad y empoderamiento.
“El flag football nos demuestra que no hay límites, que los sueños no tienen género y que dentro del campo podemos ser 100 % nosotras mismas”, afirmó con convicción. “Ese es el poder más grande del deporte: cambiar narrativas y abrir puertas para quienes vienen detrás”.
Con una visión clara y una pasión inquebrantable, Diana Flores continúa haciendo historia, no solo como atleta, sino como símbolo de liderazgo y transformación en el deporte mexicano.