Siempre es un gusto el poder compartir con nuestros amables lectores algunos puntos de vista y reflexiones sobre temas vinculados a los derechos humanos, sin embargo, hoy queremos tocar como punto central de este artículo el relativo a los deberes de las niñas, niños y adolescentes.

La inquietud de escribir sobre este tema se genera a raíz de que estamos plenamente conscientes de que en la medida que logremos un equilibrio entre la exigencia de nuestros derechos y el cumplimiento de nuestros deberes, podremos aspirar a tener un mejor lugar para vivir y desarrollarnos plenamente, cuestión que anhelamos todos.

Pero la primera pregunta sería si necesitamos una ley que nos diga que deberes tenemos, la respuesta es, a nuestra consideración, que  no; porque  hay cosas que aun sin estar escritas en una ley las tendríamos que realizar por simple lógica, por sentido humano, y sobre todo por convicción, por ejemplo: el no faltarle al respeto a nuestros padres, respetar los bienes de otros, cuidar nuestra salud, el medio ambiente  y así podríamos citar varios ejemplos.

Las niñas, niños y adolescentes si bien es cierto tienen derechos, también tienen deberes consigo mismos, en la familia, la escuela, la comunidad en la que viven y en aquellos lugares que visitan. En el caso de los deberes que tienen consigo mismos se encuentran, por ejemplo: cuidar su salud (a través de una sana alimentación, dormir bien); en la familia sus deberes son consistentes en respetar a sus padres,  hermanos e integrantes de la familia, así como cooperar en labores del hogar compatibles con su edad (arreglar su cuarto, cuidar a su mascota, recoger sus trastes); en la escuela se tienen varios deberes entre ellos estudiar, hacer tareas, respetar a sus compañeros y maestros, cumplir con estos deberes hará que ir a la escuela sea una experiencia aún más interesante y provechosa. Por esto también es importante que los padres apoyemos la exigencia académica y la disciplina de las escuelas, porque al final del camino esos elementos forjarán el carácter de nuestros hijos.

La relación que tendrán las niñas, niños y adolescentes con otras personas no solo será en la familia o en la escuela, sino que se extiende hacia otras personas en distintos lugares, por ello es indispensable tener presentes esos deberes de que hemos hablado, porque  las personas que cumplen con estos son las que contribuyen al bienestar y mejoramiento de las condiciones de vida de cualquier estado; por ello estas personas gozan del aprecio, aceptación y reconocimiento  de quienes les rodean, a diferencia de quienes incumplen con sus deberes.

Finalizamos agregando que el propósito de este artículo es sensibilizar a los padres, tutores y maestros para que juntos generemos entre nuestros hijos y alumnos el hábito de cumplir con sus deberes por convicción y no por el temor a un castigo, así como dimensionar la satisfacción y el impacto  que genera  cumplir con el deber.

 

Lic. Luis Roberto Ávila Prado

Titular de la Unidad de Transparencia CDHEH