Londres. La primera ministra británica, Theresa May, dijo el jueves que su gobierno reducirá la inmigración neta por debajo de las 100.000 personas si gana los comicios del 8 de junio, reiterando una promesa que los conservadores hicieron por primera vez en 2010 y por ahora no han cumplido.

El proyecto forma parte del programa electoral del Partido Conservador para las elecciones generales, presentado el jueves.

Muchos británicos que el año pasado votaron a favor de abandonar la Unión Europea lo hicieron motivados por un deseo de controlar la inmigración, que se ha disparado conforme se expandía la UE. Los ciudadanos de la UE tienen derecho a vivir y trabajar en otros estados miembros.

La inmigración neta en Gran Bretaña era de 273.000 personas en el año terminado en septiembre.

Los conservadores no dieron un plazo para alcanzar su objetivo.

Tras abandonar la UE, Gran Bretaña tendrá más competencias para limitar la entrada de extranjeros en el país. Pero muchos economistas creen que el objetivo de “decenas de miles” es arbitrario y dañino para la economía.