Washington. El presidente Donald Trump está de regreso en Washington tras un viaje de nueve días en el Medio Oriente y Europa. En el extranjero, dio la impresión de ser otro convencional líder estadounidense pero no habló de manera tradicional.
El avión presidencial Air Force One tocó tierra poco después de las 9 pm, hora del este, en la Base Conjunta Andrews en el suburbio de Maryland. El primer viaje oficial del presidente incluyó visitas a Arabia Saudita e Israel, el Vaticano, y Bélgica e Italia. Trump se reunió con jefes de estado en todos estos países y asistió a reuniones de la OTAN con líderes e integrantes de los países industrializados de la G-7.
Trump puso una corona funeraria en el memorial del Holocausto en Jerusalén, se reunió con el papa Francsico en el Vaticano, y se paró al lado de aliados occidentales en dos cumbres diferentes.
Cuando habló, Trump no siguió las normas que otros presidentes acataron. Públicamente, no trató de promover la democracia ni derechos humanos. En Israel y Cisjordania, no se pronunció en favor de una solución con dos estados, lo cual Estados Unidos apoya desde hace mucho tiempo. Y en el corazón de Europa, Trump regañó a sus aliados de la OTAN por sus compromisos financieros – y no brindó su apoyo explícito a la doctrina de defensa de la OTAN.
Trump calificó su primer viaje al exterior como un «jonrón» y prometió vencer la amenaza del terrorismo. Hizo esa referencia beisbolística, equivalente a un «golazo» en la jerga del fútbol, en un discurso a las fuerzas apostadas en Sicilia, en el que hizo un repaso de su gira. Dijo que los ataques terroristas en Manchester y Egipto resaltan la necesidad de que Estados Unidos «derrote el terrorismo y proteja la civilización».
Trump tuiteó horas antes que tomará una decisión en los próximos días acerca de si se retira del pacto climático. Los líderes europeos con los que participó en la cumbre del Grupo de los Siete en Sicilia lo han presionado para que ratifique el acuerdo, argumentando que el liderazgo estadounidense en la materia es crucial.
En Washington, además de la decisión sobre el pacto, Trump enfrentará un nuevo alud de controversias sobre la relación con Rusia.
El viernes, el diario Washington Post informó que su yerno y asesor Jared Kushner habló con el embajador ruso en Estados Unidos sobre la posibilidad de crear un medio secreto para comunicarse con Moscú.
Trump pudo evadir las preguntas sobre el tema porque no realizó conferencias de prensa durante el viaje. En Sicilia, sus asesores H.R. McMaster y Gary Cohn rehusaron comentar sobre la conversación de Kushner con el embajador de Rusia en Estados Unidos, Sergey Kislyak.
En marzo, la Casa Blanca confirmó que Kushner y Kislyak se reunieron en Trump Tower en diciembre para lo que un funcionario calificó de breve reunión de cortesía.
McMaster agregó que «tenemos medios secretos de comunicación con varios países».
«Te permite comunicarte de una manera discreta», dijo.