Primero fue el jefe de un gran laboratorio farmacéutico, después el de una empresa de artículos deportivos y horas más tarde el director general de una tecnológica de 170.000 millones de dólares. Tres de los directivos empresarios más prestigiosos del país renunciaron a un panel creado hace años para asesorar al presidente estadounidense.

Ahora aumenta la presión para que los jefes de empresa se nieguen a asesorar al presidente Donald Trump por considerar deficiente su respuesta a un acto de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, que causó la muerte de una persona y heridas a varias decenas.

Al anunciar su renuncia el lunes, el director general de Merck, Kenneth Frazier, dijo que el presidente se abstuvo de reprender explícitamente a los nacionalistas blancos. Tuiteó que “los gobernantes de Estados Unidos deben honrar nuestros valores fundamentales al rechazar claramente las expresiones de odio, intolerancia y supremacía grupal, contrarias al ideal estadounidenses de que todas las personas son creadas en igualdad”.

La respuesta inmediata del presidente fue un puñetazo a Frazier, un directivo altamente respetado y uno de apenas cuatro afroestadounidenses que encabezan una de las 500 empresas más grandes del país, según el Consejo de Directivos de Empresa.

Trump tuiteó que Frazier ahora “¡tendrá más tiempo para REDUCIR LOS PRECIOS EXORBITANTES DE MEDICAMENTOS!”

La respuesta, y la rapidez con que llegó, sorprendieron a muchos.

William Galston, investigador del centro de estudios políticos Brookings Institution, dijo que no “recordaba un ejemplo similar” de un presidente que respondiera con tanta saña al directivo de una empresa que renunciara a un consejo asesor.

“Generalmente se actúa con delicadeza para suavizar una ruptura”, dijo Galston, que fue asesor de política interior del presidente Bill Clinton.

A las pocas horas, el director general de Under Armour, Kevin Plank, que ha recibido algunas críticas por apoyar al presidente, renunció al mismo panel, señalando que su empresa “se dedica a la innovación y los deportes, no a la política”. No mencionó explícitamente a Trump or Charlottesville, pero dijo que la compañía se concentrará en promover “la unidad, la diversidad y la inclusión” a través del deporte.

Pero el director general de Intel, Brian Krzanich, fue más explícito en su renuncia al escribir que mientras él exhorta aa los gobernantes a condenar a los “supremacistas blancos y gente de su calaña”, muchos en Washington “parecen más interesados en atacar a cualquiera que disienta de ellos”.

Horas después, Trump tuiteó que Merck “es líder en aumentar precios de drogas a la vez que retira empleos de EEUU. ¡Traigan empleos de vuelta y BAJEN PRECIOS!”

Trump finalmente condenó la intolerancia en una conferencia de prensa el lunes por la tarde, pero otros directivos apoyaron a Frazier.

El director general de Unilever, Paul Polman, escribió en Twitter, “Gracias @Merck Ken Frazier por liderazgo para defender los valores morales que hicieron de este país lo que es”.