Tras las primeras investigaciones sobre el incidente al interior del Centro de Readaptación Social de Cadereyta, Nuevo León, donde se registró un motín que dejó 16 presos muertos y al menos 30 heridos, se ha logrado saber que las instalaciones contaban con sobrepoblación de reos de alta peligrosidad.

Además se ha constatado que las instalaciones no eran las pertinentes para este tipo de reos, y a su vez existia un déficit de custodios.

Cabe mencionar que la madrugada del lunes 9 y la mañana del martes 10 de octubre, también se presentó una disputa entre los familiares de los reos fallecidos, quienes se enfrentaron a los guardias de seguridad, durante el altercado los custodios para repeler la agregación utilizaron gas de extintores.

No obstante, el vocero de seguridad del estado, Aldo Fasci Zuazua, ha indicado que las autoridades mantienen el control del Cereso, además de iniciarse investigaciones por los incidentes violentos.

Por otra parte, La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México (UNODC) y la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONUDH) condenaron los hechos violentos en el penal de Cadereyta, a la vez que exigieron  a las autoridades conducir una investigación “que esclarezca la tragedia ocurrida y otorgue justicia a las víctimas y a sus familiares”.