Despojada de etiquetas y convencida de que una canción es buena por su lírica más allá del estilo y género en el que se interprete, Eugenia León refrendó el eclecticismo de su repertorio, poniendo voz a temas de la autoría diversos compositores que han marcado su trayectoria, desde Consuelo Velázquez hasta Marcial Alejandro, e incluso Cri Cri.

Ritmos como el ranchero, el tango, el jazz, el mambo y hasta la polca se dejaron escuchar en la voz de la intérprete que, ataviada en rosa, subió al escenario, a un lado del Gran Museo del Mundo Maya, para interpretar pero también para compartir reflexiones de vida ligadas a personalidades de la cultura latinoamericana, desde José Martí hasta Rubén Blades.

Refrenda Eugenia León su oficio de intérprete más allá de géneros y modaEn medio de una agradable noche, la intérprete de “El fandango aquí” arrancó la velada con “El corrido del Caballo Blanco”, de José Alfredo Jiménez, y a partir de entonces no hubo más hilo conductor que su voz y las emociones que despertó en su audiencia, conocedora de su trayectoria y del repertorio que a lo largo de los años la ha caracterizado.

“Se vive solamente una vez”, “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, “Lo que construimos”, incluida ésta en su más reciente material discográfico; “Amorcito corazón” y “Capullito de alheli” fueron del agrado del público que obsequió a la intérprete con sentidos aplausos, durante el concierto de gala de la segunda jornada del FIC Maya 2017.

De pie, sentada sobre un banco o bailando al ritmo de las melodías, León se mostró de buen ánimo con su audiencia a la que dejó un momento a solas con la Orquesta Filarmónica del Caribe para disfrutar del “Huapango”, de José Pablo Moncayo, y la espléndida interpretación de los músicos comandados por Rodrigo Macías.

De vuelta a escena, la cantante, identificada en sus inicios con la trova, se mostró complaciente al cantarle “Las mañanitas” a Martha, una fanática del público, lo hizo primero a capela y luego con toda la orquesta.

“Luz a los poetas” y “No des un paso atrás” serenaron de nuevo la velada dedicada a grandes compositores, que transcurrió entre reflexiones poéticas y sentencias de vida, citas de reconocidos autores como el cubano José Martí, de quien recitó un fragmento de “La rosa blanca”.

Luego rendiría homenaje a otra emblemática cubana, la guarachera Celia Cruz, de quien interpretó “Tú voz”.

“Cachito mío”, “El Velorio”, de Chava Flores, y “El lugar donde viven los muertos” fueron el preámbulo para que el público se desbordara disfrutando con la interpretación de una sui generis versión de “La Paloma”, en la que León habla de lo grande que es México y de que, no obstante las adversidades, los mexicanos saldremos adelante.

Y tal como lo hiciera hace 32 años, la nota festiva la puso su interpretación de “El fandango aquí”, tema que fue punta de lanza en su internacionalización, cuando en 1985, a unos días del terremoto de 8.1 grados que devastó la capital mexicana, ganara con ese tema la edición Internacional del Festival OTI.

Eugenia intentó despedirse pero el público y su aplauso la hicieron volver para interpretar a capela un fragmento de “Luna”, para luego sorprender a la concurrencia con una versión muy suya de “El ratón vaquero”, con la que hizo mofa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump , y sus ideas racistas y xenófobas en la frontera con México, llevándose un prolongado aplauso.

Antes, León se reunió unos minutos con la prensa, que le cuestionó sobre su evolución musical a lo que respondió: “Mi leyenda es que de tanto cambiar sigo siendo la misma”.

“Sigo siendo una intérprete, nada más; no soy bolerista ni ranchera ni jazzista ni popera, sino todo a la vez, porque en lo urbano cabe todo, y yo ya, afortunadamente, me he desprendido de las etiquetas, porque como intérprete, lo que me importa es lo que hago sentir a la gente, eso es lo que vale la pena”, aseguró.

Sobre qué representa para ella estar en FIC Maya, que se realiza del 19 de octubre al 5 de noviembre, se dijo honrada de ser parte de un festival que es “una urgencia, un grito a voces, una llamada de atención para que en otras entidades se den cuenta de lo que aporta un festival cultural”.

Porque la cultura, sostuvo, no es un lujo sino una inversión, pero no de las que dan por resultado más dinero, sino un país con una referencia educacional para los jóvenes, un espacio para recuperar el tejido social, la salud, la sensibilidad y la empatía.

“Un estado de conciencia sobre nosotros y nuestra comunidad, que nos enseña a volver a enamorarnos, concluyó León, quien se encuentra promoviendo su más reciente disco “Una rosa encendida”, tributo a jóvenes compositores latinoamericanos.