La edición de septiembre-octubre de la revista Tierra Adentro dedica su dossier para introducir y reflexionar sobre la pertinencia del surgimiento de la poética y estética residual en las vanguardias del siglo pasado para la creación literaria, el arte visual y el arte sonoro.
La visión de la estética de los residuos se precisa por medio de los textos de cuatro poetas, críticos y ensayistas. Roberto Cruz Arzabal introduce al concepto de lo que es un texto y refiere cómo poetas como Charles Bernstein desafían el canon de estructura para reflexionar que la creación artística, por medio del residuo, es un proceso de producción hecho de otros escritos y que al actualizarse proyecta lo residual al significado.
En Varios embriones de ballena encallados en la playa, Alejandro Tarrab expone que el lenguaje se deriva en cuerpos carentes de tiempo y espacio, los textos son cuerpos que pueden ser mutilados, cuyos fragmentos poseen una significación y que dicha fragmentación es al mismo tiempo el vínculo imprescindible para la comprensión.
En su aporte, García Walls, se habla de las diversas maneras de interpretar el sentido de un texto, además de la interpretación semántica, encuentra en los modos de lectura un ejercicio de reducción, es decir, al leer a contraluz se lee el objeto página, en lugar del poema, y esto revela nuevos significados que dependen enteramente del lector.
Pierre Herrera plantea en su ensayo su visión sobre el proceso de escritura que equipara al acto de tejer. El escritor teje sus propios textos por medio de los textos de otros autores, cuyo producto final es una obra escrita bajo los estándares de la tradición literaria pero que también ha sido escrita con la intención de innovar. Con este proceso, retoma el concepto del residuo como la supervivencia de los textos a través del tiempo.
En Nada que suene, Carlos Prieto Acevedo revisa la tendencia del arte sonoro en México, dirigiéndose a las piezas de dos músicos, Rogelio Sosa y Daniel Pérez Ríos cuyas obras sonoras están compuestas de elementos residuales propios de sus campos culturales y de cómo éstos se emplean como materia para el arte.
El dossier también incluye un espacio para las modulaciones fotométricas de Julieta Gil cuya obra nos remite a la idea de que el todo nunca está completo, de la serie Interiores (2015) a Fragmentos de las Vegas (2017), las imágenes permiten trascender la noción de linealidad temporo espacial.
Tierra Adentro 224 incluye en sus secciones tradicionales el cuento, Se necesitan tres cosas para vivir de Samuel Martínez Andrade cuyo tema va desde el turismo a la identidad sexual; una crónica de Viera Khovliáguina sobre la identidad de la Rusia actual y la poesía de Aurelia Cortés Peyrón y Antonio Riestra.
El lector encontrará un mano a mano entre los narradores J. M. Servín y F. G. Haghenbeck quienes aportan sus encontradas reflexiones sobre si es indispensable para un escritor tener un agente para lograr el reconocimiento en el mundo literario y un ensayo de Ana de Anda, Cementerio de Elefantes, en donde el tema central es el hogar y su parecido a la nostalgia.
El volumen también incluye las críticas literarias de Roberto González Rodríguez, Claudina Domingo, Penélope Córdoba, Sara Uribe, Eduardo Antonio Parra, Redacción T. A. También las críticas de medios y arte de Rafael Villegas y Marina Azahua; esta edición concluye finalmente sus páginas con un cómic de Alejandro Ponce de León Pagaza <<Monero Ponce>>.
El número 224 de la revista Tierra Adentro puede adquirirse en la red de librerías Educal, en un precio de $20.