Antes de su viaje a Europa, el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, pronunció un discurso la semana pasada que sus aliados europeos esperaron meses para oír: una promesa «inquebrantable» de apoyo estadunidense a sus aliados más antiguos.
Pero el alivio en las capitales europeas duró apenas un día debido al surgimiento de reportes de que la Casa Blanca planeaba sacar a Tillerson del cargo, volviendo a sumir a los amigos de Estados Unidos en la confusión respecto a la política exterior del presidente Donald Trump.
La incertidumbre es particularmente aguda por el papel principal de Washington en las crisis en Corea del Norte y Siria.
Justo en momentos en que Tillerson viene a Bruselas a dar una declaración pública de respaldo que la Unión Europea y la OTAN han querido todo el tiempo, parece que no tiene mandato, que una guillotina pende sobre su cabeza», comentó un funcionario europeo involucrado en diplomacia con agentes de la Casa Blanca.
Deja a Europa tan llena de dudas como antes respecto a Trump», agregó.
Funcionarios de Estados Unidos dijeron el jueves que la Casa Blanca tenía un plan para que el director de la CIA, Mike Pompeo, reemplace a Tillerson.
Sin embargo, Trump dijo el viernes que Tillerson no se irá y el propio secretario de Estado sostuvo el sábado que los reportes eran falsos.
Los líderes europeos ansían ver estabilidad en la política exterior de Estados Unidos.
Les complica la retórica de «Estados Unidos primero» de Trump y declaraciones inconsistentes sobre la OTAN y la Unión Europea.
Además, la decisión de Trump de salir del acuerdo climático de París y de no certificar el cumplimiento de Irán con un acuerdo nuclear mina las prioridades europeas.
El caos en la administración no ayuda en el clima geopolítico actual», comentó un alto diplomático francés.
La semana pasada, Tillerson, un expresidente ejecutivo de Exxon Mobil, pronunció un largo discurso en respaldo de Europa en Washington, más a tono con la política tradicional estadunidense.