De acuerdo con un informe de ONU Mujeres y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) durante el 2016 en México se registraron 2.746 feminicidios, es decir que 7.5 mujeres fueron asesinadas por día .
«Este tipo de violencia no conoce fronteras y afecta a mujeres y niñas de todas las edades, de todos los estratos económicos, de todas las razas y de todos los credos y culturas. Desde las zonas de conflicto hasta los espacios urbanos y los campus universitarios» admite Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora de ONU Mujeres en el informe «Violencia feminicida en México Aproximaciones y tendencias 1985 – 2016″.
Pese a las quejas, a las manifestaciones en las calles, a los gritos de dolor convertidos en denuncia por parte de los familiares la violencia contra las mujeres en México repuntó en 2016, tras tres años con una tendencia a la baja luego de que en 2012 se contabilizara una cifra récord con 2.769 homicidios en el país.
La violencia contra las mujeres en México desafía a la lógica y desconoce geografías. Al interior de México, el Estado de Colima ocupó el año pasado la tasa más alta de homicidios, con 16,3 por cada 100 mil mujeres. Guerrero se situó en segundo lugar con 13,1 y Zacatecas en tercer lugar con una tasa de 9,7. En cinco entidades ocurrieron 40.2% de los feminicidios en 2016: Estado de México, Guerrero, Chihuahua,Ciudad de México y Veracruz.
En números absolutos, el Estado de México fue el más peligroso, con 421 feminicidios, mientras que la Ciudad de México contabilizó 144 homicidios de mujeres en 2016. Los municipios más violentos contra las mujeres el año pasado fueron Acapulco (Guerrero) con 107 casos y Tijuana (Baja California) con 95 incidentes.
El estudio de ONU Mujeres no solo pone el acento en la cantidad, también en la brutalidad con la que se terminó con la vida de las víctimas. En un 48% se utilizó arma de fuego, un 17% de las mujeres fallecieron por ahorcamiento y en 16% se utilizaron objetos cortantes. Estos métodos tampoco diferenciaron por rango de edad: los datos más recientes muestran una mayor concen-tración de homicidios en las edades jóvenes, la mitad de las víctimas tenían entre 15 y 35 años de edad.
Las expectativas para 2017 tampoco son alentadoras. Aún no concluye este año, pero expertos y organizaciones civiles dan cuenta de que este fenómeno permanece en varias entidades del País.