Con nueva escenografía, vestuario e iluminación, la Compañía Nacional de Danza (CND) montó en el Auditorio Nacional el ballet clásico “El Cascanueces”, que reúne a más de 150 artistas en escena y cuenta con música en vivo a cargo de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes.
El espectáculo, que ofreció este día una función para la prensa, empieza en el lobby del llamado Coloso de Reforma, donde lucen soldaditos de plomo de grandes dimensiones, un sillón enorme y decoración navideña para el disfrute de los pequeños que acudan al ballet y se lleven un imborrable recuerdo.
Otra renovación de la producción 2017 es que en lugar de los dos soldaditos de plomo gigantes que abrían el gran telón, ahora lo hace una gran copa decorativa, que se abre en dos para dar paso a la nueva escenografía, que sitúa la historia en la Rusia de finales del siglo XIX.
El ballet cuenta con la coreografía de Nina Novak, basada en la original de Lev Ivanov, y la música de Piotr I. Chaikovski.
La música del compositor ruso, que es ejecutada por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de Srba Dinic, inicia cuando invitados llegan a la casa de «Clarita», en un gran salón que se distingue por el gran árbol de Navidad.
A dúo, colectivo y solos, los bailarines dan muestra de la técnica del ballet, pero sobre todo en cada una la ligereza con la que ellas y ellas ejecutan cada uno de los pasos y movimientos.
Todo lo anterior, aunado con un nuevo vestuario en que los actores en escena, junto con niños y niñas de la Academia de la Danza Mexicana y la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del Instituto Nacional de Bellas Artes, lucen con sus movimientos sublimes.
La iluminación lució perfectamente sincronizada para enriquecer el trabajo de los bailarines, pero también con el propósito de dar una atmósfera apropiada a este clásico navideño, como es «El Cascanueces».
La historia comienza en la víspera de Navidad, cuando se hacen los preparativos para la gran noche en casa de «Clara», donde su familia convive con amigos. Los niños desfilan por el salón ante el árbol de Navidad que despide destellos de luces y se encuentra rodeado de regalos para los concurrentes.
Uno de los invitados, «Herr Drosselmeyer», llega con sus mágicos obsequios: un arlequín, una colombina y un moro, que danzan para deleite de todos. Clara queda maravillada con el espectáculo de los juguetes y quiere que sigan bailando toda la noche, pero sus padres le explican que su actuación ha terminado.
La niña entristece, y al ver sus lágrimas, «Herr Drosselmeyer» le entrega un juguete que ha creado para ella: un cascanueces que luce pequeño junto a los enormes muñecos bailarines, pero que al verlo «Clara» deja de llorar. Sin embargo, «Fritz», su hermano, disgustado por no tener un obsequio, le arrebata el muñeco y lo rompe.
«Herr Drosselmeyer» repara el muñeco y el padre de la niña lo coloca junto al árbol, donde estará a salvo. Se hace tarde y todos bailan la última danza. Se despiden y las luces se apagan, para entrar al mundo de fantasía en el que «El rey de los ratones» y el «cascanueces» librarán una dura batalla.
La Compañía Nacional de Danza, bajo la dirección de Mario Galizzi y el director ejecutivo Enrique Tovar “Dieck”, ofrecerá temporada de “El Cascanueces”, del 15 al 17 de diciembre y del 19 al 23 del mismo mes en el Auditorio Nacional.