El primer británico moderno tenia piel obscura y ojos azules, vivió hace 300 generaciones, según la reconstrucción del esqueleto humano más antiguo más hallado en Inglaterra.

El esqueleto del llamado “Cheddar” fue descubierto hace más de un siglo en la cueva Cough y hasta ahora se ha podido hacer un análisis de ADN para saber cómo era este habitante de Inglaterra.

El estudio permitió hacer una reconstrucción facial del hombre que estuvo a cargo de los expertos en genética del Museo de Historia Natural de Londres.

No solamente el color de la piel y de los ojos es distinta, sino también la estructura de la cara lo que lo hace distinguirse del británico contemporáneo.

La investigación determinó que habría fallecido entre los 20 y 25 años de edad y que vivió en Gran Bretaña cuando estaba prácticamente despoblada.

Lo que aún está por determinarse es porqué la pigmentación de la piel se hizo más clara a través de los años, aunque la mayoría de los estudios lo atribuyen a la alimentación alta en cereales y deficiente en vitamina D.