Donna Gunner es una mujer de Reino Unido, que consumió durante 20 años 30 latas diarias de Coca-Cola. Donna reconoce ahora que se convirtió en adicta y que el consumo diario de la bebida la hizo una enfermiza psicológicamente y físicamente.
Su primer pensamiento al despertar era beberse una lata de la gaseosa. Al final del día, había consumido 1 kilo de azúcar, lo equivalente a 4.170 calorías al día, sin contar las comidas. Con su adicción confiesa que ha gastado más 69.000 dólares desde que empezó.
El consumo diario de la fórmula secreta le hizo subir de peso y desarrollar diabetes tipo II además de serios problemas arteriales. Cuando decidió abandonar el hábito, reconoció que sufrió, Además, le costó: «Era totalmente adicta«. Destaca que tuvo que soportar el «síndrome de abstinencia» y añade: «Sentía sacudidas, dolores de cabeza y ansias como una drogadicta, pero sabía que tenía que cambiar».
Ahora, mira hacia atrás y se siente disgustada «por la cantidad de dinero que desperdicié y lo que le hice a mi cuerpo», agregó. Al dejar ese hábito, Gunner perdió peso y mejoró su salud, pero reconoce sentir todavía «ansias de Coca-Cola».