Allá por 1934, año fructífero por el nacimiento de dos notables artistas, popularidad ganada a base de esfuerzo y deseo de ser mejor, esos fueron sus ideales, aspiraciones que les permitió traspasar fronteras por sus ingenios, fueron usufructuarios de agilidad mental, acuciosa vista, sutileza de las manos para realizar trazos y delinear contornos; aunado a grandes porciones de creatividad y abundante dosis de energía anímica. Sus herramientas: trozos de maderas, hojas de papel, lápiz de colores; carboncillo y papel. Materiales indispensables para bosquejar expresivas imágenes que van tejiendo amena historia.

Estos grandes virtuosos fueron; el hidalguense Sixto Valencia Burgos y el michoacano Eduardo Humberto García del Río, más reconocido por el seudónimo, “Rius”. Referente al segundo personaje, motivo de su desaparición física ya hice referencia sobre su nutrido trabajo en el diario que tiene en sus manos estimado leedor y lectora.  Ahora me abocaré al nacido en Villa de Tezontepec Hidalgo.

Sixto Valencia Burgos demuestra habilidad en el dibujo a temprana edad, en entrevistas hurgo en sus recuerdos y dijo que entre los 7 u 8 años tomo mucho interés por el dibujo, cualidad que cultiva en la Academia de San Carlos al inscribirse en área de diseño publicitario, en la magna institución simbólica del arte del dibujo y la pintura. Contribuyó la conducción de sobresalientes maestros comisionados de la forja del connotados historicistas y pintores. El Diccionario de la Real Academia Española, define al historietista de la forma siguiente: “es el profesional que guioniza, dibuja o rotula historietas, aunque también pueda referirse al colorista y entintador y menos frecuentemente a los coordinadores o redactores editoriales”.

Valencia Burgos siendo niño de 11 años es cuando se publica la segunda historieta de la prominente escritora Yolanda Vargas Dulche, el título es,Memín Pinguín, el nombre de la historieta es prueba del esmerado cariño profesada por la autora hacía de Guillermo de la Parra Loya: “‘Memín’ es expresión de cariño de Guillermo y ‘Pinguín’ proviene del término pingo, una de las formas de decir travieso”. Vargas Dulche escribió veintidós historietas más, complementó a su afición a la letra escrita con dos obras de teatro, Además, fue guionísta de una película que obtuvo el Premio Ariel en 1948. Los temas abordados fueron de mucho impacto, que fueron mostrados en el cine a través de películas.

Corría el año de 1963 cuando aparece Memin Pinguín, esta vez ya ilustrado por Sixto Valencia Burgos, su estilo es distintivo con las características siguientes: “Es un chico de ocho o nueve años, negrito, chaparro, calvo, con orejas prominentes y ojos de plato, que siempre estaba haciendo travesuras. Yo le puse zapatos y la gorra de beisbolista con una M enfrente, porque yo de niño era un aficionado al beisbol, siempre iba al parque Delta … es que la gorra también actúa: sí el niño se sorprende, la gorra se levanta, sí está triste se va de lado. También le dibuje la camisa a rayas, el pantalón de mezclilla y tenis de El Faro, una marca de entonces”.

La historieta Memín Pinguín retrata la situación real de la sociedad por más de cinco décadas de edición, en principio las imágenes fueron trazadas en su interior en color sepia, en portadas con imágenes de llamativos colores, el estilo fue gustado y distribuido en países americanos: Bolivia, Colombia, Ecuador, Estados Unidos y Perú. En el continente asiático fueron comercializados en Filipinas y Japón. Además, en Italia e Iran. Memín Pinguín, historieta célebre por el protagonista: “niño negro con alma muy blanca”, alcanzó ventas hasta de un millón doscientos mil ejemplares a la semana” en sus mejores tiempos. Este atractivo se debió a la creatividad en las imágenes trazadas por Valencia Burgos.

Memín Pinguín es la obra más gloriosa, sin embargo en la vida productiva del caricaturista realizo mucho mas ilustraciones plasmadas en libros e historietas, por eso, ha sido merecedor de reconocimientos: Premio al Mérito Artístico otorgados por El Consejo Estatal para la Cultura y las Arte de Hidalgo, Premio la Catrina, concedido en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, y el jueves 28 de junio fue galardonado en Post Morten con la medalla “ Miguel Hidalgo y Costilla “ y la presea “ Pedro María Anaya.

El galardón fue otorgado por los tres poderes: LXIII Legislatura del Congreso del Estado Libre y Soberano de Hidalgo a través de María Luisa Pérez Perusquía, Poder Ejecutivo por Omar Fayad Meneses y Blanca Sánchez Martínez, presidenta del Tribunal Superior de Justicia en el Estado de Hidalgo. El gobernador Omar Fayad destacó en su alocución entre otras frases: “Sixto Valencia Burgos le dio vida a Memín Pinguín y Memín Pinguín le dio vida a Sixto Valencia”. Es decir, con la creatividad del dibujante, él mismo acrecentó su fama.

La entrega de dicho reconocimiento al artista Sixto Valencia Burgos, se cumple parte de su petición en vida: “… me daré por bien servido si algún día me recuerdan como un dibujante que brindó su arte para el sano entretenimiento a las familias de varias generaciones de América Latina y que aportó un gran legado a su querido México”.  Los  legisladores y titulares de los otros dos poderes,  tienen presente que cuando ellos reconocen las aportaciones de científicos, intelectuales, artistas, técnico y deportistas, ellos mismos se reconocen la valía que los distingue.