No hay plazo que no se cumpla y menos cuando los meses ¡parecen volar! Estamos a sólo unos días de que se lleve a cabo la Feria de San Francisco, Pachuca 2018, la Feria de todos, que literalmente al paso del tiempo se ha convertido en un evento que beneficia a muchos.

En un ambiente de fiesta popular se llevó a cabo la presentación del programa de feria para este año, el sábado anterior, encabezada por Omar Fayad Meneses.

Podemos decir que a estas alturas la feria, y sus 24 días de actividades diarias, es esperada con ansias por comerciantes, prestadores de servicios y hasta particulares que se benefician con ella.

Entre los comerciantes podemos citar a los locales, que con tarifa especial, exhiben y comercializan sus productos, aprovechando la afluencia de asistentes locales y foráneos, entre estos últimos, algunos que llegan de sitios tan lejanos como Sonora, Nuevo León, Oaxaca, además de aquellos de estados vecinos.

Se benefician también los artesanos hidalguenses, que pueden promocionar sus artículos y ofrecer precios muy competitivos. Veremos en esta ocasión, como en años anteriores, desde barro de Chililico hasta bordados de Tenango de Doria, obsidiana de Epazoyucan, tejidos de Tulancingo, miniaturas en madera con incrustación de concha de Ixmiquilpan, y mucho más.

La hotelería se saturará en Pachuca y la zona metropolitana, con los integrantes de los grupos musicales, de los galleros, de los ferieros y de quienes después de disfrutar de la feria ya no desean manejar de regreso a sus lugares de origen.

Ni que se diga de los restauranteros, que en esos días ofrecen lo mejor de la gastronomía hidalguense.

La afluencia de visitantes a la feria suele incidir, aunque no como sería de desear, en el turismo en Pachuca; caminando por el centro, benefician también al comercio tradicional.

Sin embargo quisiera destacar que la feria trae grandes beneficios también para familias locales.

Sí, ya desde estos días, cuando se trabaja en el acondicionamiento del recinto ferial, al sur de Pachuca, se incrementa la venta de alimentos en el mercado de la colonia Juan C. Doria, en los puestos de tortas, taquerías, etcétera, además de que amas de casa comienzan a llegar a las instalaciones ofreciendo con canastos las tradicionales gorditas, tortas, tacos sudados, etcétera.

Pero será en unos días más cuando a las colonias vecinas al recinto comenzarán a llegar los ferieros –meseros, cantineros, cocineros, etcétera-, cuyos ingresos les dificultan pagar un hotel, pero son recibidos en muchos hogares en donde se les rentan recámaras, se les lava y plancha la ropa y hasta se les sirve de comer.

En los días de feria las familias en condiciones y con necesidad de hacerlo, “se ganan sus centavos” ofreciendo servicios de regadera, de wc, de desayunos y comidas.

Las taquerías y torterías ofrecen servicios de 24 horas, mientras que los puestos de barbacoa extienden su servicio desde el jueves hasta el domingo.

Una fiesta popular que al paso de los años se ha convertido, literalmente, en la Feria de Todos.

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