Ciudad de México. El senador del bloque parlamentario PT-Morena en el Senado de la República, Miguel Barbosa Huerta, señaló que si en 2018 se quiera dar legitimidad a la contienda electoral, es necesario que existan condiciones de equidad y autonomía en los órganos electorales, “México no puede tener comicios llenos de trampas, con manipulación del voto y guerra sucia”.
El legislador poblano, denunció que en nuestro país no existen contiendas electorales equitativas y autoridades electorales autónomas, ya que la oposición no se enfrenta a un candidato del partido en el poder, “sino al mismo poder público”.
Añadió que si queremos una contienda electoral sin impugnaciones, debe haber limpieza en el proceso; si se quiere un respeto irrestricto a las instituciones electorales, sus titulares deben acreditar su autonomía e independencia al aplicar la ley. “Si esto no ocurre, si los órganos electorales continúan sometidos al poder, nuestra democracia sólo será una fachada”, afirmó.
Recordó que desde 1988, las demandas fundamentales en las votaciones han sido la equidad en la contienda y la autonomía de los órganos electorales. “Después de casi treinta años, las demandas fundamentales siguen siendo las mismas”.
Puntualizó que hace tres décadas la Comisión Nacional Electoral formaba parte de la Secretaría de Gobernación y la Cámara de Diputados calificaba la elección. Ahora existe un Instituto Nacional Electoral, con consejeros ciudadanos electos por la Cámara de Diputados y tribunales electorales con magistrados designados por el Senado de la República.
Sin embargo, dijo, estas designaciones, que deberían ser una base sólida de nuestro sistema electoral, son vulnerables a la influencia del poder.
Cuestionó que la Cámara de Diputados y el Senado de la República designen, con base en acuerdos políticos, a los integrantes del INE y a los magistrados electorales, respectivamente. “Con este tipo de nombramientos, ni el Senado ni la Cámara de Diputados fortalecen a la democracia.
Finalmente, Barbosa indicó que si prevalece esta situación, México llegará a las elecciones del próximo año con un déficit importante de legitimidad y de credibilidad.