Puebla es más allá de los vaivenes una ciudad Patrimonio de la Humanidad, dijo el presidente municipal, Luis Banck Serrato, al postular que es el momento de preguntarnos ¿en qué lugar queremos vivir?, en una ciudad inteligente o caótica.
“No hay más dolor que acostarse de noche sabiendo que tus hijos no han comido o no tienes para comprar su medicina”, refirió sobre un testimonio de un habitante en pobreza en la ciudad de Puebla.
Subrayó que el eslabón más débil de una cadena define la calidad de toda la cadena, el barrio más pobre refleja nuestro nivel de conciencia, con 247 mil personas con hambre y 140 mil toneladas de alimentos desperdiciados.
Llamó a recuperar la sencillez del sentido común, pues, recalcó, una Ciudad Inteligente no es una donde pasas cuatro horas en el tráfico para llegar a un trabajo que no te gusta, como tampoco la de un río donde cruza mas basura que agua y 80 por ciento de los días tiene contaminación y no cielos azules, o 170 mil pasan hambre y no tienen empleo.
La ciudad es donde recreamos la realidad que queremos, es el hogar compartido, dijo en la presentación del libro Puebla Ciudad Ejemplar de los Caminos Cortos, auspiciado por la UNESCO, en el marco de la Smart City Expo Latam Congress, donde evidenció la necesidad de desplazamientos debe reducirse, optimizar el uso de los espacios existentes y no poner en entredicho la viabilidad.
Las decisiones y las omisiones construyen ciudad, construyen futuro, evidenció, al exponer que el libro provoca y propone como compartir ese hogar compartido, una ciudad con calidad de vida, calidad de vida para la mayoría.
Mientras, la representante de UNESCO en México, Nuria Sainz, repasó como esa entidad ha trabajado en el origen del maíz, alfabetización visual, comunidades indígenas, y hoy como agencia especializada de Naciones Unidas, en temas como ciencia social, ambiental y comunicación.
Dijo que este libro aborda las calidades y cualidades de la habitabilidad en el siglo XXI.
Antes, recordó como hace 30 años cuando la ciudad se declaró Patrimonio de la Humanidad, indicó que la planificación separada no creará un modelo ni cultura ciudadana.
El coautor del libro, Ángel Panero, evidenció que las ciudades estaban presas de discursos caducos: “La ciudad se veía como gran objeto de negocios, cuando se requiere de un discurso del reparto de la renta urbana, de la planeación, construir discursos como empleo, lucha de la pobreza, justicia universal, lo verde, construyendo la ciudad que responda a la complejidad social”.
Hay que estar como ciudadanos estar conectados local y globalmente, con uso de las edificaciones y reducción del movimiento motorizado, con puesta en valor de la urbanidad y calidad de vida, con sinergia en su paisaje, pues, la ciudad ni es una máquina para depredar recursos locales o lejanos. Hay que recuperar la cercanía, en el estar juntos, recreándonos en el espacio compartido, señaló Felipe Delmont, coautor.