Con 23 años de edad, a Verónica Flores le llegó “la extraña y gran oportunidad” de tener proyección nacional e internacional a través de la revista del conejito, protagonizando la portada del mes de septiembre. Ella es originaria de León, Guanajuato y sabe que este medio es de subidas y bajadas, por ello, aprovecho la educación superior que su padre le pudo dar.
Como parte de una gira nacional de promoción con Playboy México, la simpática joven estuvo de visita en Puebla para firmar autógrafos a sus seguidores. En entrevista con Síntesis dijo que este momento que vive felizmente, pero con los pies bien puestos sobre la tierra, “no lo esperaba”, de hecho, admite que no cuenta con una preparación de modelo, actriz o conductora.
Lo que sí tiene es una licenciatura en Diseño ambiental y de espacios, de la cual echara mano cuando haga falta. “Este mundo del entretenimiento es impredecible, así como te puede tomar muchos años entrar, puedes entrar y salir rápido. Afortunadamente me he topado con gente (profesionales del ámbito), que me dice que voy por buen camino y eso me entusiasma”.
Aunque está feliz de haber llegado tan pronto a este momento de su carrera, dice que procura “respirar y tomarlo con calma” para ir cumpliendo metas y “no hacer las cosas a lo tonto” y defraudar pronto a quien le dio un voto de confianza. “Estoy contenta con la vida que tengo ahora y pretendo conservarla por un tiempo”.
Independientemente de que el público ahora la vera como una “playmate” más, ella desea que sepa “que soy una mujer luchona, literalmente, que pone los ojos en algo y busca tenerlo, tanto en cuestiones personales como laborales. También soy humilde, estoy agradecida y seré consciente de donde partí, por más grande y más alto que pueda llegar”.
Ella proyecta que la belleza no está peleada con la inteligencia. Tiene la convicción de en un futuro ayudar a alguien más de manera desinteresada, así como a ella la han ayudado.
Sobre el acoso que al que mujeres se enfrentan día a día, por ser consideradas vulnerables, afirma que “ninguna mujer está para eso”, afortunadamente ella no se ha enfrentado a una situación así.
“No es cuestión solamente de la mujer, somos una sociedad bastante grande y jugamos roles específicos tanto hombres como mujeres. Es responsabilidad de ambos sexos el llevar una buena sociedad, ser personas respetuosas, humildes, ser gente de buen corazón y criar a niños con valores para que cuando sean adultos, ellos también inculquen esos valores”.
Concluye que la sociedad no está tan perdida y muestra de ello fueron las acciones respecto al sismo del pasado 19 de septiembre, en que “nos dimos cuenta que hay mucha gente buena, dispuesta a ayudar, a dar su tiempo, esfuerzo y pasar hambre con uno. Nos hemos dado cuenta que gente buena todavía la hay, gente de buen corazón y eso es un alivio como sociedad”.