Sin duda alguna, la presencia de José Antonio Meade a Puebla de este fin de semana refleja una postura político electoral hacia el 2018.
Mal haría el secretario de hacienda si fuera de otra manera.
Puebla es importante para todo partido, porque representa la quinta fuerza electoral después de la Ciudad de México, Edomex, Nuevo León y Veracruz.
Es por ello que la presencia de Meade tuvo una relevancia mayúscula entre los aspirantes a todo: gobernador, senador, diputado federal, local y alcalde del municipio de Puebla.
Dicen algunos priistas que Meade avaló la participación política de algunos personajes cercanos.
Hablamos de Lucero Saldaña: ella fue la única poblana en la ceremonia personal, civil, pues, en la que participó el gobernador de Tlaxcala, Marco Mena, en la boda de José Charbel Estefan López.
Lucero Saldaña, pues, madrina, es una de las elegidas en estos momentos.
Pero voy más allá: la foto que le anexo es interpretada como muestra fiel del interés del cuasi candidato presidencial por hacerse acompañar de los mejores cuadros del PRI para la postulación federal.
Hablo, claro, de Enrique Doger, exalcalde de Puebla, actual delegado del IMSS, y exrector de la BUAP.


La presencia de José Antonio Meade en Puebla despertó la esperanza priista de ser competencia en la elección del próximo mano en la que están apostados entre otros Luis Banck, Jorge Aguilar, Mario Rincón y Martha Erika Alonso.
Está claro que la búsqueda de la postulación está muy peleada entre quienes aspiran, entre los cuales destaca el presidente del congreso, quien busca de todas formas colarse a la invitación.
Le comparto una foto que es elocuente, en tanto que es oportuna y novedosa.
Ahí le recomiendo la crítica que hizo Jorge Aguilar sobre la destitución de Santiago Nieto como fiscal electoral.
Valiente y relevante. Véala.
Gracias y nos leemos el lunes.
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