El sueño de tres poblanas que decidieron ser doctoras para servir al país y curar a las personas

Quise ser médico desde niña para poder ayudar a los demás”. Con esta convicción, María del Carmen Barradas, inició su enseñanza en colegios salesianos, cuando todavía era una adolescente, y después dejó la comodidad de su casa en la ciudad de Puebla, para ser y hacer lo que más le llena de satisfacción: médico rural.

Estudió medicina en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) donde fue una alumna sobresaliente y después se mudó a varios estados del país para continuar con su aprendizaje. Veinte años después el tiempo le dio la razón. Desde 1997 es coordinadora del programa Extramuros y Médico Viajero y hoy tiene a su cargo a un equipo multidisciplinario que lleva los servicios de salud a las comunidades más alejadas del territorio poblano donde no hay hospitales y la gente carece de recursos para pagar una operación.

María del Carmen mantiene en su mente y su corazón el amor por la medicina y por la vida. “Cuando era niña un Día de Reyes me trajeron un maletín que tenía pintada la cruz roja tan significativa y sin querer marcaron mi vida, porque ya desde entonces jugaba a curar a las personas. Amo mi profesión y lo que más me llena de satisfacción es que puedo cumplir con mi deseo de ayudar a los demás”.

“Yo soy la mayor de ocho hermanos y mi educación fue humanista con las religiosas salesianas que te hablan mucho de tener un espíritu de misionera…quizá por eso preferí dejar la comodidad de un consultorio para ir a las comunidades apartadas donde casi nadie quiere ir”, relató.

Sentada en una silla de la Secretaría de Salud donde concedió una entrevista a Síntesis, la doctora recuerda con emoción algunos de los momentos que marcaron su vida y que la ayudaron a confirmar que había tomado la decisión correcta.

“Hubo una señora de 70 años que atendimos en Cuetzalan por un tumor en la boca, la mujer había recorrido varias clínicas cercanas buscando ayuda pero no había especialista que la atendiera y tampoco el equipo necesario para operarla, finalmente la conocí y evalué su caso, recuerdo que me impresionó lo delgada que estaba porque no comía y cuando le dije que le quitaríamos el tumor se puso muy contenta, tiempo después ella regresó a darme las gracias porque le cambió la vida y ese fue un momento especial”, contó.

Otro caso, evocó, fue el de un señor con aspecto de indigente que llegó a consultarse a la unidad móvil del programa Extramuros: “Recuerdo que mis compañeros me pidieron que yo lo atendiera, y yo lo hice con gusto porque a pesar de lo mal que se encontraba el paciente, como médico aprendí que el vestido no importa, lo que importa es la persona”.

-¿Qué mensaje le daría a los jóvenes que quieren estudiar medicina?

-Les diría que esta profesión además de que tiene una alta exigencia académica, necesita de personas con verdadera vocación, íntegras, honestas y con un alto sentido de humanidad.

El programa Extramuros y Médico Viajero de Puebla a cargo de Barradas inició con 4 médicos y hoy reúne a 50 especialistas. La primera unidad móvil en la que consultaban era prestada y posteriormente la Lotería Nacional les donó un vehículo equipado. Años después los gobiernos estatales respaldaron la iniciativa y en el sexenio del panista Vicente Fox el equipo poblano fue reconocido en Los Pinos por su trabajo con la población indígena. A la fecha se han practicado unas 270 cirugías gratis de distintos padecimientos como hernias, várices, nódulos, vesícula y de cirugía plástica para corregir malformaciones en niños como es el caso del labio leporino y paladar hendido.

En medicina como en otras profesiones la mujer tiene que abrirse espacios

“No podemos decir que no tenemos las oportunidades sino las buscamos. Cuando se quiere no hay obstáculo”, expresó con seguridad Anabel Vélez Rodríguez, especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) respecto a las oportunidades que tienen mujeres y hombres en el campo de la medicina.

Esta poblana desde que se graduó en la escuela de medicina de la BUAP, no se quiso limitar a dar consultas generales y se propuso ser una doctora internista, porque esto le daría también la posibilidad de ocupar un cargo directivo en alguna institución de salud pública y lo logró, pues hoy es la coordinadora de Gestión de la delegación del IMSS. Aunque años atrás tuvo que cambiar de residencia a Tamaulipas y Tlaxcala, este último estado donde trabajó por 16 años, para cumplir con los servicios y el aprendizaje correspondientes a su especialidad.

-¿Cuál es una de las frustraciones que ha tenido que enfrentar en esta carrera?

-“El tiempo es una frustración porque esta carrera es larga: Son 5 años de carrera, 1 de internado, 1 de servicio y 4 como médico especialista, más los cursos y diplomados para llegar a cargos directivos o jefaturas…en el camino se quedan cumpleaños, navidades, bodas de familiares, a veces incluso que nuestros familiares estén enfermos y nosotros no podamos verlos”.

Por esta razón, la doctora aseguró que en la formación del médico es esencial el apoyo de la familia. “Mi éxito es el de mi familia porque sin el apoyo de mis padres y mis hijos yo no estaría aquí”.

-¿Considera que todavía existen obstáculos para que las mujeres lleguen a cargos directivos?

-“No fue mi caso, creo que las mujeres tenemos la misma oportunidad que los hombres de acceder a cargos por nuestras capacidades. Al menos yo no tuve obstáculos, aunque tengo que decir que en la carrera de medicina si te ves sometida a ciertas presiones por algunos profesores que por ser mujer pensaban que no tenías la capacidad para estudiar determinada especialidad”.

Por esta razón, Anabel destacó el trabajo de sus colegas mujeres: “Hay cardiólogas que hoy hacen trasplante de corazón y también urólogas que han ganado terreno en un área que por mucho tiempo fue sólo de varones; además las mujeres han llegado a las áreas quirúrgicas que son de mucho estrés y donde antes se pensaba que la mujer no podría hacerlo”.

A las nuevas generaciones, la doctora Vélez les recomienda que tomen con seriedad y compromiso la medicina.

“Los médicos tienen que ser muy humanos y tener un gran amor por el estudio, además de poseer un alto sentido de compromiso. En esta profesión hay que estar decidido a dar mucho de tu tiempo y de tu vida. La medicina hay que ejercerla con vocación y pasión”, subrayó.

Alumnos de medicina deben estudiar más sobre cáncer

Wendy Pérez Lozano nació en Puebla pero se mudó a Chiapas, donde sus padres que son médicos fundaron la Universidad Autónoma de ese estado, y fue en esas aulas que ella cursó la carrera de medicina. Años después regresó a la Angelópolis para poner en práctica todo lo aprendido y hoy es coordinadora de Trasplantes de Células Madre del Hospital San José.

“Yo nací mientras mi mamá hacía su guardia aquí en San José y mi papá me trajo al mundo. Nunca supe si existía otra profesión y no tengo la menor idea de lo que haya sido elegir. Yo sólo conocí la medicina”, expresó la oncóloga al definir su profesión como difícil pero fascinante.

En Chiapas donde inició su carrera tuvo las experiencias más duras. “Con tanta pobreza hay gente que está enferma pero que no tiene nada y no espera nada más que la muerte”, ahondó.

Después de casi dos décadas de estudio y de ejercer la medicina, la especialista afirmó que hoy las mujeres están igual o mejor capacitadas que los hombres para ocupar cargos importantes en el ámbito de la salud y para estar al frente de una cirugía compleja.

“Mi equipo es 90 por ciento mujeres y cada vez son más las residentes mujeres que se dedican en cuerpo y alma a aprender. La realidad es que hoy están en todos los hospitales del país porque esta profesión se está haciendo de mujeres”, señaló.

Para la especialista una de las cualidades que debe tener el médico es humildad para reconocer cuando no sabe algo. “Cuando uno no sabe o no quiere, hay que darle la oportunidad a otro. Porque ignoramos mucho más de lo que sabemos y es bueno reconocerlo”, consideró.

¿Cómo es un día para usted doctora?

-¡Uff!- responde y deja escapar una risa. Mi día a día es muy intenso y siempre tengo la disposición de hacer lo mejor que puedo. Mi equipo es comprometido y fantástico, y en mi área que es la de trasplantes vamos creciendo y con cada vida que logramos salvar nos damos por satisfechos.

-¿Emocionalmente es desgastante?

-Es como una sensación dual porque son personas que están biológicamente caídas en desgracia y devastadas por esta enfermedad que es devastadora, y que no respetan edad, ni condición social ni económica. Pero también es satisfactorio cuando la gente se recupera y sigue con su vida.

A las mujeres estudiantes de medicina les sugiere tener confianza en sí mismas y ponerse retos para escalar a todas las áreas de la medicina. “Para las mujeres es más fácil porque olemos el dolor y nos mueve la sensación de que podemos hacer algo y más cuando nos retan”, dijo.

Aunque Wendy lamentó que en los planes de estudio de algunas universidades se eliminó la materia de Hematología, a pesar de que el cáncer es la enfermedad que mata a más personas.

“Es una pena porque cada día se necesitan más especialistas de oncología, hematología y radioncología. La posibilidad de que una persona muera de cáncer es más alta de que muera de otra enfermedad”, citó.

Este 23 de octubre se celebra el Día del Médico. En el sector salud del estado de Puebla hay 3 mil 747 médicos, de los cuales, 2 mil 297 son médicos generales y mil 450 especialistas.

A esta cifra se suman los mil 389 médicos que laboran en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los cuales se dividen de la siguiente forma: 827 médicos especialistas y 562 familiares; además de los doctores adscritos a través del programa IMSS Prospera que son 617.