Me pareció sensacional que el INE utilizara la tecnología para acercar a los aspirantes a candidatos independientes con la ciudadanía a través de esa herramienta.
Lo que me parece un desacierto es que la plataforma presente fallas, a decir de los usuarios, es decir, los aspirantes.
Además, los candados establecidos por la autoridad electoral para el uso de la misma pudiera al menos parecer excesiva. Tal vez no sea así, pero eso es lo que parece.
Con todos los problemas que los aspirantes dicen haber tenido quedan al menos cinco certezas:
1. Ninguno de los aspirantes podrá cumplir las casi 900 mil firmas.
2. Ese hecho será suficiente para desacreditar al árbitro de la contienda, tenga o no tenga responsabilidad en el hecho.
3. Los aspirantes que de ninguna manera reunirán las firmas tendrán un pretexto para ello.
4. El INE no moverá ni un día las fases del proceso porque eso trastocaría el resto de las etapas.
5. El hecho de dudar del árbitro electoral podría inhibir aún más la participación ciudadana en la campaña y la elección.
Todas estas aseveraciones tienen que ver con un ruido innecesario que se metió en el proceso electoral federal que comenzó el 8 de septiembre pasado.
No quiero pensar qué va a ocurrir con los aspirantes ciudadanos en Puebla que quieran registrar sus firmas para acreditarse como candidatos a diputados, senadores, alcaldes y gobernador.
Bueno, ya sé qué está ocurriendo.
De hecho ya hay aspirantes a diputados federales que están tratando de reunir las 6 mil 600 firmas pero hasta el momento no han recibido respuestas del INE ante la dificultad para subir muchas de ellas.
Otro problema al que se están enfrentando es que muchas de las personas que acceden a darles su firma tienen su domicilio fuera de la demarcación distrital, con lo cual muchas de las simpatías no pueden concretarse en apoyos oficiales.
Claro que dudo que sea deliberada la intención del INE de inhibir la participación de los ciudadanos sin partido en el proceso electora.
Claro que es no es así. De ninguna manera veo a consejero alguno impidiendo en la oscuridad de una caverna que los candidatos independientes sean exitosos. No es así.
Pero sin duda el tema le mete ruido que según yo, era innecesario.
Celebro, como dije al principio, la intención de usar la tecnología con fines electorales, pero queda claro que es necesario afinar tanto la plataforma como el procedimiento para usarla.
Gracias y nos leemos el lunes, cuando le diré cómo están afinando los partidos políticos sus alianzas.
Se va a llevar sorpresas, créame.
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