Nuestro país tiene un penoso lugar en la historia democrática del mundo. La capacidad de los partidos y los políticos de hacer trampas y engañar han puesto a nuestras elecciones como una de las más fraudulentas a nivel mundial.
Nunca terminamos de sorprendernos. Los políticos siempre buscan nuevos caminos para aferrarse al poder mientras los ciudadanos somos víctimas pasivas de sus engaños.
Al largo catálogo de trampas, en este proceso electoral tenemos que adoptar el recurso de la falsificación de firmas de apoyo para quienes están buscando usurpar el título de independientes.
El pasado jueves denuncié ante los medios de comunicación la perversión en la que cayó el proceso de candidaturas independientes en México. Datos falsos, credenciales falsificadas y un silencio total de los políticos que buscaron usurpar esta figura y mantenerse en el poder.
Desde que comenzó el periodo constitucional para conformar las candidaturas independientes a la Presidencia de la República alerté que el sistema no permitiría que los ciudadanos les arrebatáramos el poder.
En el INE, en los partidos y posteriormente en el Tribunal Electoral, se prendieron los focos rojos ante la decisión ciudadana de rechazar a quienes siempre nos han hundido en la pobreza, la corrupción y la inseguridad.
No se abría el registro cuando tránsfugas de los partidos políticos acapararon los reflectores.
Margarita utilizó su odio hacia Ricardo Anaya para buscar la simpatía de mexicanos que nunca votaremos por regresar a un gobierno como el de su esposo Felipe Calderón.
El Broco, con su ADN y su accionar priista, pretendió utilizar nuevamente el engaño para robar el disfraz de independiente y mostrarse como un ciudadano. No le importó dejar a Nuevo León peor de cómo lo tomó.
Y así se sumaron políticos que ni siquiera los ciudadanos los conocen.
Posteriormente, el INE impuso una aplicación electrónica para recolectar firmas. Una APP que nunca funcionó bien, que sólo se podía usar en teléfonos o tabletas de alto costo y que presentaba constantes errores, al grado que el pasado 13 de enero se volvió a actualizar para mejorar su uso.
Ante estas irregularidades acudí al Tribunal Electoral para exigir que se cualquier ciudadano, como en toda democracia, pudiera expresar su apoyo de manera libre al abrir la aplicación para que el que deseara la pudiera utilizar, pero los magistrados rechazaron mi petición alegando que no se contaba con el tiempo para que los técnicos en sistemas lo hicieran. El Tribunal faltó a su responsabilidad constitucional que ante conflictos ciudadanos debe de ampliar derechos y no limitarlos.
El proceso de candidaturas independientes ha estado lleno de irregularidades y trampas hasta por las mismas autoridades electorales, esto no nos da la confianza a la ciudadanía de que contemos con elecciones creíbles.
Para su creación, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ordenó al Instituto Nacional Electoral respetar y hacer cumplir un principio fundamental para los comicios que es la certeza. Después de mi denuncia, esta premisa no existe por lo que podemos decir que las elecciones han empezado mal, ya se vulneró la confianza en las elecciones.
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@PedroFerriz