A pesar del problema de obesidad infantil, la venta de comida chatarra afuera de las escuelas es una constante. Entre 2012 y 2016 la obesidad infantil en Puebla aumentó de 26 a 29 por ciento, periodo durante el cual se dio la prohibición de la comida chatarra en las escuelas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) hasta octubre del año 2016, 15 por ciento de los niños poblanos de entre 5 y 11 años padecía obesidad, mientras que el 14 por ciento de los estudiantes de 12 a 19 años tenía el mismo problema, lo cual significó que 29 por ciento de los menores de edad en Puebla eran obesos.
En el documento se señala que en 2012, 14 por ciento de los niños del primer grupo de edad mencionado padecía esa enfermedad, contra 12 por ciento de los del segundo grupo, que en ese año sumaron 26 por ciento.
En días recientes la secretaria de Salud del estado, Arely Sánchez Negrete, reveló que la obesidad, sobrepeso y desnutrición son los principales problemas que se han detectado en niños menores de cinco años en la entidad.
Los resultados fueron obtenidos a través del programa de Exámenes Médicos en Preescolares, cuyo propósito es identificar los padecimientos de los menores en las escuelas públicas, con la previa autorización de los profesores y padres de familia.
La funcionaria estatal explicó que al detectarse alguna enfermedad entre los alumnos, se da aviso a los padres o tutores, y se da inicio con un tratamiento, con el fin de que el menor en cuestión “tenga un crecimiento y desarrollo pleno”.
Al hacer un balance, informó que en lo que va de la actual administración estatal se han aplicado 274 mil 574 cuestionarios para detectar factores de riesgo, de los cuales 11 mil 139 fueron enviados a estudios de laboratorio.
Del total de casos en laboratorio, precisó que 367 niños fueron enviados a unidades médicas y 230 están en seguimiento por las causas de obesidad, sobrepeso y desnutrición, mientras que 77 fueron dados de alta.
El 26 de febrero de 2013, en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se publicó la reforma al artículo 3 Constitucional, Quinto Transitorio III, apartado C, el cual ordenó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) “prohibir en todas las escuelas los alimentos que no favorezcan la salud de los educandos”, es decir, toda la comida chatarra.
Por esta razón, Sánchez Negrete exhortó a los padres de familia a cuidar la alimentación de los menores desde el hogar y evitar el consumo de alimentos “chatarra” que contribuye a este tipo de padecimientos.
Médicos sugieren tener control en el consumo de calorías
Médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sugieren proteger y hacerse una revisión periódica del estado del corazón, debido a que México es el país número uno en obesidad infantil.
Beatriz Villegas González, jefe de la división de cardio-neumología del Hospital de Especialidades “San José”, explicó que el corazón es un órgano primordial para el funcionamiento de nuestro cuerpo, sin embargo “no tenemos conciencia hasta que sufre una enfermedad grave”.
La doctora recomendó a los poblanos llevar a cabo una serie de cuidados, como es el caso de un chequeo constante de la presión arterial, glucosa y colesterol. Pero especialmente, dijo que es urgente poner atención en los hábitos de consumo de los menores, ya que es visible el aumento de peso en los infantes.
Explicó que uno de los factores que fomenta la obesidad es el consumo de comida chatarra en exceso, así como una dieta no balanceada por descuido de los padres, falta de ejercicio, y sedentarismo provocado en ocasiones por los videojuegos o la dependencia a la tecnología.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre 1999 y 2006 el sobrepeso y la obesidad en los escolares aumentó de 18.6% a 26%, y esta cantidad ha seguido en incremento.
Esto representa un mayor gasto en la economía familiar, ya que aumenta entre 22% y 34% debido a que los niños consumen mayor cantidad de calorías y esto genera un gasto extra ya que los alimentos chatarras que acostumbran consumir no están contemplados en la despensa familiar, señala el INEGI.
Al respecto, la Secretaría de Educación Pública del estado, Patricia Vázquez del Mercado, resaltó que se ha buscado combatir este problema a través del ejercicio en las mañanas al ingresar a la escuela, con lo que se busca la activación física y así evitar que los pequeños engorden.
De igual forma, dijo se ha alentado la participación de los padres de familia, pues son ellos los encargados de brindar a sus hijos la mejor alimentación posible para que crezcan sanos y evitar así enfermedades.
Sin embargo, reconoció que afuera de las escuelas los alumnos suelen consumir productos con mucha azúcar y grasa.
La especialista advirtió que la obesidad puede derivar en otras enfermedades como hipertensión, enfermedad isquémica del miocardio, enfermedad vascular, hipertrigliceridemia, hipercolesterolemia e hiperuricemia, por mencionar algunas.
Ambulantes permanecen en las escuelas
A pesar de la restricción para la venta de comida chatarra en las escuelas, la medida no ha funcionado del todo, pues aunque se dejaron de vender esos productos dentro de las instituciones, poco se ha hecho para controlar a los vendedores ambulantes que a la hora de entrada y salida de los alumnos ofrecen dulces, papas fritas y bebidas azucaradas.
Desde el ayuntamiento de Puebla, se ha informado que sí hay restricción para vender a los estudiantes cierto tipo de productos o alimentos, aunque es notorio que los comerciantes infringen la disposición.
Tal situación se contrapone a los “Lineamientos Generales para el Expendio y Distribución de Alimentos y Bebidas Preparados y Procesados en las Escuelas”, publicados en el DOF el 16 de mayo de 2014, donde se señala que “las autoridades educativas y sanitarias serán las encargadas de la difusión, la capacitación y la vigilancia” para inhibir el consumo de dichos productos dentro de las escuelas, pero no menciona nada sobre un radio circundante determinado afuera de ellas.