Se les quedan viendo como bichos raros. A este tipo de experiencias se ha tenido que enfrentar Doña Ana María Reyes, una señora de 63 años que durante 18 años de su vida se ha dedicado a cuidar a su nieto Bruno.

Todos los días se enfoca a él, mientras la mamá de Bruno trabaja; lo prepara para ir a la escuela; específicamente a la Fundación Down de Puebla, donde le ayudan a integrarlo a la sociedad –junto con más chicos y chicas- para lograr que ellos alcancen una vida digna y el reconocimiento de sus derechos.

La señora compartió a Síntesis en el marco del Día Mundial del Síndrome de Down este 21 de marzo, parte del proceso “duro” que ha vivido junto a su nieto, las dificultades pero también alegrías que proceden a diario. “Ya me acostumbré. Desde que nació yo lo cuido”.

Al subir, en ocasiones, al transporte público, Bruno acapara las miradas de los usuarios, o al caminar por la calle igual, la gente se le queda viendo; pero Doña Ana les expresa: “qué, nunca han visto a un niño especial”.

Otro problema que enfrentan es que a veces el propio transporte público no los levanta al ver al chico con síndrome de down.

La señora se pone a llorar y expresa: “no ha sido fácil, al principio yo decía, por qué a mi y a mi hija; pero algo me dijo, tienes que cuidarlo, y aquí estoy”.

Hace cuatro años a Bruno le dio cáncer, y su familia pensaba que no lo iba a librar, sin embargo, la constancia del chico lo mantuvo en pie y ahora continúa su camino en el aprendizaje, a pesar de que padece un poco de ceguera.

 Todo proceso tiene sus recompensas

“Abuelita te quiero mucho”, son parte de las palabras que expresa Bruno, y para su abuelita es de los más satisfactorio y bonito que puede escuchar.

En su casa, ubicada en la colonia Romero Vargas, el joven mantiene interacción con Doña Ana, “a veces no quería hablar, entonces le digo, tu ya eres un joven grande y tienes que decirme qué es lo que quieres. Entonces siempre me habla ahora”.

La señora exige a toda la sociedad a no rechazar a los niños, jóvenes y adultos con síndrome de down y que no sean malos con ellos.

“Porque sí los rechazan muy feo y la gente es muy grosera con ellos”, remató Doña Ana María Reyes.

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