Atlixco. Este martes el sobrecalentamiento de los cables que suministran energía eléctrica a las aulas móviles, donde reciben clases los alumnos de la primaria Centro Obrero Federal, provocó un corto circuito que de no ser por la atención inmediata de los paterfamilias que hace guardia podría haber desencadenado un incendio, debido a lo seco del pasto del campo deportivo de la Alfonsina.
Debido a lo anterior no se contará con energía eléctrica al menos en dos días hasta que sea revisado y reparado el desperfecto que se generó, indicaron padres de familia a este medio. El incidente se dio en los cables cercanos a una de las aulas que albergaba al menos a 26 niños.
En este caso, la falta de un trasformador ha generado no solo este accidente controlado al momento, si no que las aulas se conviertan en verdaderos refrigeradores por las mañanas y más en temporada de invierno y cerca de las doce del día pasen a ser hornos en donde los niños tienen que mitigar el calor colocando ventiladores externos, de lo cual Síntesis Puebla ya había dejado testimonio desde el mes de enero en el que los padres concedieron entrevista a este medio.
El objetivo entonces fue el llamado a las autoridades locales y de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que les apoyaran con la instalación de dicho trasformador, al respecto el regidor de educación y deporte en Atlixco, Félix Castillo en su momento indico que ese ya era trabajo de los padres de familia y que mediante una solicitud por escrito la administración local vería la forma de apoyarlos.
A casi tres meses de dichas declaraciones, las cosas continúan igual y es que los padres de familia aseguran no tener la capacidad de instalar este aparato ya que tan solo eso cuesta al menos 15 mil pesos, más el tablero distribuidor otros 10 mil.
“Nosotros no tenemos la capacidad económica para eso, por ello seguimos esperando que las autoridades nos ayuden, aunque la verdad solo se echan la bolita unos a otros, mientras nuestros hijos son los que la pasan mal”, indico el presidente del comité de padres, Javier Ramos Cerón.
